Con el ruego de su publicación en la Sección de "Cartas
al Director", como artículo de opinión o colaboración.
SOBREDOSIS DE PAPANATISMO (Empalagante Corinna)
(De mi puño y tekla)
Ahora
va a resultar que haber averigüado que tiempo atrás Corinna
Larsen, su nombre de soltera, y posteriormente casada en segundas nupcias con
el aristócrata alemán, Príncipe Casimir Zu-Sayn-Wittgenstein, residió
alternativamente en España durante cuatro años en Villa La Angorilla (El
Pardo-Madrid), se va a convertir en el acontecimiento del año dentro del
calificado como periodismo de investigación. A este paso,
terminaremos comparándolo con el famoso “escándalo Watergate” descubierto
en 1972 por los periodistas Bernstein y Woodward. Nuestro papanatismo, en
ocasiones, resulta esperpéntico por no utilizar otro calificativo
Lo que
si resultaría interesante es que a los españoles, dado que se utilizó dinero
público, es decir, procedente de nuestros impuestos, nos fueran aclaradas las
siguientes cuestiones:
¿Partió de Don Juan Carlos la orden de ceder Villa la Angorilla a Corinna
Larsen en las proximidades de El Pardo?. ¿A cargo de quien corrían durante sus
estancias madrileñas los gastos de manutención, desplazamientos,
vehículos, etc? ¿Quién cubría su protección, tutela, vigilancia?,
¿Eran prestados por los Cuerpos de Seguridad del Estado?
¿Qué
tipo de gestiones y por cuenta de quien realizó Corinna para el Estado Español
consideradas secretas y clasificadas?
¿Aportaban sus cometidos algún tipo de prestigio, estabilidad o
interés a la Casa Real Española, o más concretamente al Rey?
¿Alguien se lucró con todas las presuntas intervenciones y mediaciones de la
tal Corinna?
¿Hasta
que punto el secretario de un sindicato independiente de la Policía está
autorizado para informar a una periodista sobre las gestiones realizadas por la
Policía Nacional, Guardia Civil o miembros del CNI?
¿Percibió algún tipo de remuneración el citado policia-sindicalista por
facilitar a un medio (TV-13) tan detallada información sobre el comportamiento
y movimientos de Corinna?
¿Es
cierto que el Monarca solicitase a Corina la gestión de localizar un
puesto de trabajo para su ambicioso yerno, Iñaki Urdangarín?
Como
no teníamos suficiente con las andanzas y denuncias del espabilado ex tesorero
Bárcenas, ahora resulta que el notición pasa por ocuparnos de las aventuras y
desventuras de la princesa consorte Corinna Zu-Sayn-Wittgenstein, cuya
principal pretensión era pasar totalmente desapercibida en su último viaje a
España, si bien no ha podido evitar el conceder dos entrevistas al Diario El
Mundo y otra más a la revista Hola con amplia profusión fotográfica. Sin
duda dos publicaciones de lo más discreto.
Ahora
bien, ¿No podrían haber esperado los medios unos días, aunque solo fuese por un
principio de elemental delicadeza, hasta que el Rey superase los
primeros momentos de su última y delicada operación? ¿Merece la Reina pasar por
este violento y mal trago en tan críticas circunstancias? ¿Qué más nos tiene
que ocurrir para que en las mal llamadas tertulias políticas, sus invitados
dediquen algo más de tiempo a criticar la actuación del Gobierno con respecto a
la desesperada situación de nuestros seis millones de parados?
Sufrimos una irreprimible tendencia a sacar las cosas de quicio verdaderamenre
enfermiza. Todo tiene un tope pero en este caso ya lo hemos superado.
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
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