LAEDICION.NET.-REDACCION.-Nueve de cada diez problemas de espalda que sufre la población viene motivado por una hernia discal, un problema de salud sumamente incapacitante de no tratarse a tiempo. A partir de los 25 años nuestro disco vertebral comienza a envejecer y perder elasticidad, proceso que se acelera en personas fumadoras, obesas y sedentarias. “La patología lumbar es consecuencia de la posición erecta que, con los años, acaba produciendo un deterioro progresivo de toda la columna vertebral, especialmente en las vértebras lumbares, cuyo pico de incidencia se sitúa entre los 40 y 50 años”, explica el doctor Francisco Villarejo, jefe de Neurocirugía de Clínica La Luz y del Hospital Niño Jesús de Madrid.
En la actualidad existen múltiples opciones quirúrgicas para estos pacientes aunque no en todos los casos la solución pasa por el quirófano. “Dentro del abanico de posibilidades, la microcirugía es la técnica más efectiva en el tratamiento de las hernias discales, ya que puede aplicarse en todo tipo de hernias y tiene un resultado del 95% de éxitos”, subraya este experto. Pese a ello, nuevas corrientes científicas emergentes plantean dudas sobre la conveniencia de operar la hernia discal lumbar.
En opinión del doctor Villarejo, “el tratamiento quirúrgico ha demostrado muy buenos resultados en estos pacientes en los que desaparece por completo el dolor”, Pero además, la cirugía permite recuperar la actividad social y laboral anterior a la enfermedad frente a los enfermos que optan por no operarse. “En estos pacientes, el dolor persiste en el tiempo, por lo que tardan más en incorporarse a su trabajo, no se acaban de incorporar o, finalmente, tienen que cambiar de actividad laboral”, continúa. Así, estudios estadísticos publicados recientemente demuestran las ventajas socio-económicas del tratamiento quirúrgico en aquellas situaciones en las que el paciente es susceptible de cirugía.
Costes socio-económicos
Tarde o temprano, el 80-90% de la población mundial tendrá dolor de espalda en algún momento a lo largo de su vida. En el 50% de los casos, los episodios de dolor lumbar ocurren durante el trabajo. Este hecho explica por qué en los países desarrollados las enfermedades de la columna vertebral son responsables del 20% de las bajas laborales y del 50% de los casos de jubilación anticipada. “De hecho, el dolor lumbar es la consecuencia más importante de absentismo por enfermedad en la población laboral, lo que supone incalculables pérdidas económicas”, explica el doctor Fernando Carceller, del Servicio de Neurocirugía del Hospital La Paz de Madrid. Sólo en Estados Unidos, las enfermedades de la columna vertebral ocasionan una pérdida de 30 billones de dólares anuales.
Mimar nuestra espalda
Una parte importante de las hernias se podrían prevenir de seguir una serie de normas de higiene postural a la hora de levantar o transportar objetos pesados o estar muchas horas en la misma posición. En este sentido, los expertos recomiendan habituarse a levantar los objetos doblando las rodillas, a andar dejando caer el peso en los talones, a sentarse de forma que se evite el hueco que se hace en la parte baja de la espada, a usar calzado seguro y con tacón bajo, y a dormir sobre un colchón firme y duro, preferentemente boca arriba y de lado. Pero además de estas sencillas pautas, “el deporte es un gran aliado para la salud de nuestra espalda. Así, por ejemplo, la natación está especialmente indicada para fortalecer la musculatura”, concluye el doctor Villarejo.
Técnicas quirúrgicas
Cuando el dolor de espalda persiste, los expertos recomiendan como primera medida el tratamiento conservador con fajas o corsés especiales, así como rehabilitación y tratamiento farmacológico. No obstante, si el dolor se hace crónico tres meses o más se debe plantear un tratamiento quirúrgico, que aporta resultados muy buenos en más del 80% de los casos. Las últimas novedades quirúrgicas permiten evitar la cirugía agresiva a favor de un tratamiento mínimamente agresivo. “Además de recurrir a la microcirugía- explica el doctor Rodolfo Rodríguez, experto en Neurocirugía, “se ha extendido la utilización de técnicas percutáneas en las que no es necesaria anestesia general ni realizar incisiones quirúrgicas, con las que conseguimos disminuir la presión destruyendo la parte del núcleo central del disco”. En este sentido, sobresalen diversas técnicas como la endoscopia, la nucleotomía percutánea, la discolisis con láser u ozono, la IDET (Intradiscal Electrothermal Therapy) y la nucleoplastia.
En las hernias muy voluminosas y en las recidivas, en los últimos años se está colocando un espaciador interespinoso para evitar recidivas. Sin embargo, en los próximos años “los esfuerzos irán dirigidos al entendimiento de la patología desde la perspectiva genética lo que concederá especial importancia al tratamiento personalizado”, destaca el doctor Rodríguez.
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