sábado, 29 de noviembre de 2008

El novelista Juan Marsé gana el Premio Cervantes 2008

El jurado distingue al escritor por saber reflejar la posguerra española.El autor se entera de la concesión tras una revisión rutinaria con su cardiólogo.
Mientras el jurado del Premio Cervantes 2008 fallaba ayer que Juan Marsé, el chico de barrio de la literatura española, era el galardonado de este año, "por su capacidad de reflejar la España de posguerra", el escritor ya había decidido de buena mañana que excepto no ir a hacer sus largos habituales en la piscina cercana a su casa en Barcelona, todo iba a continuar exactamente igual.
Por eso, la mañana del día en la que le iban dar el nobel de la literatura hispanoamericana --aumentado este año a 125.000 euros-- se puso a resolver un capítulo de la novela que, ya muy avanzada, tiene entre manos y a primera hora de la tarde se fue a ver a su cardiólogo --el corazón le ha dado un susto-- a una revisión rutinaria prevista.
Como el doctor Massip le notó un poco acelerado, Marsé, a quien le gusta hacerse el duro, aunque en el fondo no lo sea tanto, tuvo que confesarle que mientras le auscultaban era posible que ya fuera el cervantes 2008 porque su nombre suena desde hace un lustro para la distinción. "Si le premian no se olvide de decir que yo le he salvado la vida", bromeó el doctor.
EN CASA La siguiente escena se desarrollaba en casa del escritor, dos horas largas después del fallo, cuando la esposa de Marsé, Joaquina, veía como poco a poco se le iba llenando la casa de periodistas en una situación que hubiera hecho las delicias de Luis Berlanga. "No no tiene móvil. Se compró uno hace años pero se le olvidó el pin y lo abandonó en un cajón". Así que el autor no supo que era el feliz ganador hasta llegar a su domicilio. Allí se había trasladado su hija, Berta, también escritora. Entre las numerosas llamadas telefónicas de amigos y medios de comunicación, desde el propio Ministerio de Cultura se quedaron con las ganas de darle la noticia. Poco antes el ministro, César Antonio Molina había escorado el premio hacia su aspecto político diciendo que "Marsé ha contribuido a la defensa en Cataluña de una lengua que hablan 500 millones de personas".
Marsé se sabe una rareza, y lo reconoce. Su castellano literario es una herencia del franquismo pero al mismo tiempo, la lengua en la que desarrolló buena parte de su historia sentimental y vital. También la de las películas que adora. El principal miedo de su esposa mientras se desconocía dónde podía estar su marido era que el escritor se hubiera ido al cine tras la visita al doctor. "Es muy capaz".

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