miércoles, 31 de diciembre de 2008

Balance agrario 2008

Andrés Góngora Belmonte, secretario provincial de COAG

El año agrícola 2008 será recordado como el de la gran transformación de la agricultura almeriense, cuyos profesionales han vuelto a hacer gala de una sobresaliente capacidad de adaptación, pasando en menos de un año de 500 a 11.000 hectáreas bajo control biológico. Sin embargo, el tremendo esfuerzo realizado por el sector no se ha visto recompensado con precios acordes con la calidad de nuestras hortalizas. En este sentido, la campaña pasada se ha caracterizado también por una fuerte inestabilidad en las cotizaciones en origen y un incremento del precio de las materias primas agrarias, situación que ha deparado al agricultor bajas cotizaciones en origen por sus productos y un brusco descenso en la rentabilidad de sus explotaciones. En este sentido, la subida más pronunciada, situada por el Gobierno en el 68,2%, la han registrado los fertilizantes, que además no han bajado tras el descenso del precio del petróleo durante la segunda mitad del año.


La crisis se ha extendido también a otros sectores primarios de vital importancia para Almería como frutos secos, cítricos, o ganadería, que registran a día de hoy precios muy por debajo de sus costes de producción. El alza del precio de las materias primas motivó una fuerte bajada del precio de los productos ganaderos durante la pasada primavera de la que todavía no se ha recuperado el sector. Por lo que respecta al resto, almendras, naranjas, mandarinas y limones han comenzado esta campaña con precios irrisorios que pueden derivar en el abandono de la producción en miles de hectáreas de la provincia.


El granizo caído sobre el Poniente a finales de noviembre también ha hecho mella en la rentabilidad de algunas explotaciones invernadas de esta comarca, que tendrán que empezar de nuevo su actividad. COAG ha estado en todo momento con los afectados, visitando las explotaciones, en su caso, que contaban con seguro en vigor para la peritación del siniestro y rellenando los informes de daños junto a los agricultores. Nuestra organización ha mantenido en todo momento línea directa con la Delegación provincial de Agricultura y, fruto de este contacto, ha logrado que la Administración autonómica establezca una línea de ayudas para los afectados por el pedrisco.


En el plano sindical, COAG ha logrado este año una de sus reivindicaciones históricas, la adaptación de la fiscalidad agraria. Tras muchos años de esfuerzo y dedicación hemos conseguido que se nos reconozca la pérdida de renta sufrida desde la última actualización del módulo (principios de los años 90). El fuerte incremento de los costes de producción y el estancamiento de los precios en origen han provocado una merma del poder adquisitivo de los productores almerienses.


Consciente de esta situación, COAG ha luchado durante estos años, como sindicato agrario mayoritario en la provincia, para que los profesionales del campo contaran con rebajas fiscales por circunstancias excepcionales. Sin embargo, el objetivo final era el que se ha conseguido por fin este año: adaptar de manera definitiva la fiscalidad agraria a la realidad del sector.


La competencia desleal en el comercio agroalimentario por parte de países terceros ha sido otro de los caballos de batalla de la organización durante el año que ahora termina. Tras la superación del contingente por parte de Marruecos en 2007, COAG ha vigilado de cerca las exportaciones de éste y otros países terceros de la cuenca sur mediterránea y ha denunciado las ambiciosas pretensiones alauitas para la renovación del convenio de asociación con la Unión Europea. De esta forma, la presión ejercida por COAG ha logrado ralentizar la rúbrica de un acuerdo que estaba a punto de firmarse, aunque las negociaciones siguen abiertas.


Además, en 2008 ha surgido una nueva corriente de opinión muy crítica con las condiciones sociolaborales en las que se desarrolla la producción de frutas y hortalizas en el norte de África, tal y como viene denunciando nuestra organización durante las últimas campañas. En este sentido, COAG ha pedido condicionar la apertura de los mercados europeos al cumplimiento de unos estándares mínimos en materia sociolaboral, ambiental y sanitaria, en beneficio de la seguridad alimentaria y de los consumidores europeos, pero también para lograr la mejora de las condiciones de vida y trabajo en estas naciones. Dado que la calidad de las producciones europeas es elevada y los agricultores han de cumplir obligatoriamente numerosos requisitos medioambientales y sociales que tienen importantes repercusiones sobre los costes de producción, las importaciones que llegan al mercado europeo deben respectar principios similares y no incurrir en competencia desleal, al no tener unos costes de producción equiparables a los de los agricultores europeos, en particular en lo que respecta a la mano de obra, requisitos medioambientales, costes sociales y fiscales. Así, COAG ha demandado que se adopten cláusulas de este tipo como las que ya se han adoptado en otras ocasiones, como en el Acuerdo de Cotonú, entre la UE y los países ACP (Asia, Caribe, Pacífico), donde se recoge el compromiso de ambas partes de respetar los Convenios de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), en particular, sobre la libertad sindical y derecho a la negociación colectiva, abolición del trabajo forzado, eliminación del trabajo infantil y no discriminación en el empleo.


Por todo ello, se hace necesario que las gestiones realizadas desde la Administración vayan encaminadas a conseguir el apoyo del resto de países productores comunitarios de frutas y hortalizas. COAG ya ha contactado con organizaciones profesionales agrarias europeas para crear un frente común y defender nuestras producciones frente a Marruecos y al resto de países del Mediterráneo, que también quieren su trocito del pastel.


En otro orden de cosas, 2008 será también el año del despegue de Hortyfruta, la Interprofesional Hortofrutícola Andaluza. Un año después de su creación, el balance de actuaciones llevadas a cabo por éste órgano resulta positivo, sobre todo en lo que respecta a las primeras medidas de regulación de la oferta en origen desarrolladas en dos momentos puntuales de crisis de precios: en primavera, cuando las exportaciones de terceros países hundieron el precio del tomate almeriense, y recientemente durante el mes de noviembre, cuando la cotización de nuestras hortalizas sufrió un bache importante. En ambos casos, la rápida actuación de todo el sector logró recuperar los precios en origen, lo que demuestra la utilidad y el potencial que puede llegar a desarrollar esta interprofesional a la hora de organizar la oferta almeriense, especialmente en épocas del año en que nuestra provincia es la auténtica dominadora del mercado.

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