Intervienen 300 kilos de petardos en una tienda sin licencia de venta

La Guardia Civil notificará al proveedor de la mercancía incautada la infracción cometida al suministrar productos pirotécnicos de forma irregular en Roquetas
La Guardia Civil ha intervenido trescientos kilos de artefactos pirotécnicos catalogados en una papelería del municipio de Roquetas de Mar que vendía estos materiales sin contar con autorización administrativa.

La operación se desarrolló el pasado día 30 de diciembre cuando agentes de la Intervención de Armas inspeccionaron el local, cuyo propietario había solicitado licencia para la venta de material pirotécnico.

Durante la inspección, la Guardia Civil encontró trescientos kilos de productos de las clases I, II y III, las dos últimas para compradores adultos y la primera para mayores de catorce años. El material intervenido, adquirido a un proveedor de Sabadell (Barcelona), se encontraba dispuesto para su venta en dos mesas del establecimiento situadas en la zona de atención al público, en el suelo de la primera planta y en diversas estanterías, entre otros.

Se trataba de una mercancía preparada para su venta de cara las festividades navideñas, sobre todo para Nochevieja, cuando se queman kilos y kilos de pólvora en la provincia de Almería.

Además del decomiso de estos materiales, que fueron depositados en un taller de pirotecnia, el propietario de la papelería será expedientado por la comisión de una infracción catalogada como grave en la legislación vigente, según informaron desde la Comandancia de la Guardia Civil de Almería ayer.

A lo largo del último año, la Guardia Civil ha efectuado una decena de inspecciones para evitar la venta ilícita de material pirotécnico en la provincia de Almería, donde existen tres establecimientos con autorización para vender estos artefactos.

Las asociaciones de consumidores aseguran que en notables ocasiones la venta de estos productos se produce de forma irregular a los ciudadanos, ya que hay diversas clases de petardos que no pueden ser vendidos a los menores de edad y sin embargo se los venden, pese a la peligrosidad de la que advierten los fabricantes en las cajas y envoltorios de dichos artículos.