La cantante ha pasado unos días en la aldea del Rocío donde anoche ofreció un concierto benéfico
REDACCIÓN.-A.RICO.-Estaba en su segunda casa y uno de los sitios a los que Isabel Pantoja tiene verdadera pasión y devoción. Nos referimos a la aldea almonteña de El Rocío donde está su tan querida Virgen del Rocío. Hacía mucho tiempo que la artista no visitaba, al menos públicamente, la aldea almonteña y anoche estuvo para ofrecer un concierto benéfico, cuyos fondos irán destinados a la construcción de un orfanato en la africana República Democrática del Congo.
Y es que en eso Isabel siempre ha sido muy solidaria y más cuando a la infancia se refiere. Ya lo hizo hace un mes cuando su amiga Isabel Gemio le pidió que colaborara con la fundación que la periodista preside y todo fueron facilidades para la institución que creó. Ahora y después de casi cuatro años sin pisar la aldea rociera, -lugar donde vivió tantos momentos felices y donde en su día presentó a Julián Muñoz como su pareja- la artista volvió con fuerzas, alegre y rodeada de muy buenos amigos.
La tonadillera llego el miércoles por la noche y al poco tiempo, la casa que Isabel tiene en El Rocío se fue llenando de muchos amigos porque es como a ella le gusta estar; rodeada de los suyos y de sus mejores amigos, aquellos que nunca le fallan y en los que confía. El concierto, promovido por la Hermandad Matriz de Almonte, era esperado como agua de mayo. Cantó, gustó y no defraudó a su fiel público que no pararon de dedicarle piropos y elogios hacia la artista que estaba muy orgullosa de cantar cerquita de la virgen del Rocío, de quien la tonadillera es fiel devota. Y entre el público su más fiel, su hija Isabelita que no se suele perder ningún concierto de su madre y le da fuerzas y mucho ánimo cada vez que la artista se tiene que subir al escenario.
Se notaba que estaba cómoda y que era su territorio y nada más salir al escenario manifestó: “Estoy muy contenta de estar esta noche entre vosotros, siento un especial debilidad por esta aldea y hoy además es un día especial por este concierto, porque la causa lo merece. Siempre estaré ahí para ayudar a los más desfavorecidos. Quiero también agradecer a mis compañeros Julio Iglesias y Raphael su participación en estos conciertos, cuyos fondos van ir destinados a los niños del Congo”.
Muy guapa, bronceada y delgada, Isabel está hoy por hoy muy centrada en su familia y en su trabajo, dos pilares fundamentales en su vida. A los dos le dedica ahora todo su tiempo, ya que como ella misma confesó en nuestras páginas ha pasado momentos “muy duros”, pero que ahora quiere “ser positiva y seguir con el trabajo”. De hecho, la cantante ha estado grabando en México su primer disco de rancheras... “al estilo Pantoja”.
Una réplica de la Virgen como recuerdo
Y como agradecimiento a la cantante por su participación desinteresada y solidaria, los organizadores de estos conciertos quisieron obsequiarla con una escultura de la Virgen del Rocío en miniatura. La tonadillera recibirá esta misma tarde la réplica cuya entrega estaba prevista para ayer. Con este concierto se puso el fin al I Festival Virgen del Rocío de Almonte, que tras las actuaciones de Raphael y Julio Iglesias, ha conseguido recaudar los cien mil euros necesarios para la construcción del orfanato.
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