viernes, 25 de diciembre de 2009

El peor año de Camps termina con buenas noticias para él

Se cierra 2009 de forma muy positiva para un presidente del PP valenciano que ha atravesado unos meses muy complicados desde que se le vinculara con la trama Gürtel.

LAEDICION.NET.-El annus horribilis de Francisco Camps llega a su fin. Ha sido el peor de su vida, así me lo reconocía en una agradable y sincera conversación hace sólo unos días, pero dejando atrás las miserias este 2009 también le ha dejado buenos momentos y, sobre todo, los acontecimientos le hacen depositar muchas esperanzas en lo que le queda por aportar y recibir de la sociedad valenciana. ¿Buenos momentos?, el cariño recibido por los ciudadanos, por la gente de la calle, que siempre ha estado al lado de su president y el vital apoyo que ha recibido de su familia y de su entorno más cercano. ¿Esperanzas?, los electores de la Comunidad Valenciana no han querido entrar en el espectáculo mediático y político que nos ha brindado el año de Gürtel y siguen confiando en la gestión de Camps.

Un sentimiento que trasciende de lo abstracto y se traduce a lo material una vez nos topamos con ese invento sociológico del siglo XX llamado encuestas. El PP valenciano –aún en los peores momentos protagonizados por todo el follón de Ricardo Costa- no ha parado de crecer en los sondeos realizados en este 2009 que ya expira. Ascenso contenido y constante en los estudios demoscópicos tanto en los que ha encargado el PP como en los que de vez en cuando se realizan por iniciativa del desconcertado socialismo de Jorge Alarte que cae en picado. La distancia ahora entre los dos principales partidos, el de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, marca un abismo de más de 20 puntos a favor de los populares.

Alarte, Ángel Luna o los Pajines siguen condenados a una insoportable caída libre que se han sido incapaces de detener incluso mientras a su rival le azotaba violentamente el huracán gürteliano. La falta de ideas, la poca conexión con los problemas reales de los valencianos, la nefasta imagen de la gestión del Gobierno central o los agravios comparativos con el resto de Comunidades gobernadas por los socialistas ha condenado un año más a un PSPV bajo mínimos. En los próximos días verá la luz un sondeo de los populares que además de reflejar la insalvable diferencia en intención de voto aporta un dato si cabe más preocupante para los socialistas valencianos: pocos conocen a un tal Jorge Alarte, pero tampoco a otros "líderes" del PSPV. Los sondeados han valorado a Alarte de forma inducida por los encuestadores que se las han visto y deseado para que los ciudadanos diesen una opinión sobre un perfecto desconocido. Quizás la falta de alternativa o propuestas les pase factura.

Aunque Camps no se fía de lo que puedan preparar sus enemigos, lo cierto es que hay optimismo en el PPCV. Pero los populares no deben caer en la relajación y autoestima y tampoco deben desviarse ni un centímetro en la aplicación a pies juntillas del código interno impuesto por Génova para además de ser honrados parecerlo. Y es que los electores pueden perdonar un error puntual a nuestros políticos pero jamás lo hacen una segunda vez. Esa es una regla que se cumple por muy mala que sea la opción de enfrente.

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