jueves, 10 de diciembre de 2009

Los piquetes vigilan para que no se venda por debajo del mínimo

Ayer los agricultores protestaron en La Redonda ejidense para que se cumpla lo convenido • Anuncian movilizaciones y piden una mesa de negociación para fijar los precios

LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-Más de medio millar de agricultores se congregaban a partir de las nueve de la mañana de ayer en el Polígono La Redonda de El Ejido para decidir la toma de medidas drásticas que evitaran la venta de productos a bajo precio dada la ruinosa situación por la que pasa el sector hortofrutícola almeriense. De la mano de los responsables provinciales de ASAJA, Francisco Vargas, y COAG, Andrés Góngora, se llegaba a la conclusión de que la única solución posible era obligar a las empresas comercializadoras a que cerraran si vendían productos por debajo de los precios que los agricultores habían establecido. El sector comenzó cerrando las instalaciones de La Redonda, repartiéndose a partir de ese momento diferentes grupos por Poniente y Levante de la provincia. En el momento que una empresa vendía por debajo del margen los piquetes acudían para que cerrara. Así expresó el campo ayer su profundo descontento y malestar ante paradojas como la venta tres veces más caro de lo que ellos cultivan en superficies comerciales, según denunciaban. La movilización contó incluso, entre otros, con la presencia de los concejales de Agricultura de La Mojonera (PP), Vícar (PSOE) y Adra (PP), que en todo momento denunciaron la situación por la que atraviesa el campo, principal motor de sus economías locales. La ruina del sector unificaba a los partidos políticos en esta movilización.

Los agricultores están citados todos los días a las nueve de la mañana en el mismo lugar para comenzar su trabajo, "hasta que las empresas cierren. Ya echarán humo los teléfonos y tendrán que negociar cuando vean que no se mueve el género", clamaban los agricultores, que pedían la unidad de todo el campo, como principal premisa para lograr su objetivo de rentabilizar las explotaciones. "Ya no puedo comprar más plástico", "sólo resiste tres años y éste es el último", "es una lástima que no vayamos unidos, la gente no se fía de las organizaciones agrarias", "unidos seríamos miles", "que cierre ya que tiene varias inmobiliarias, pisos y cochazos, yo le conozco", "¿tu qué eres policía o periodista?, porque la policía nos infiltra gente en las asambleas y los periodistas ponen lo que les ordenan sus jefes que están comprados por los intereses de los dueños del campo" eran algunas voces que clamaban ayer en el Poniente y resumían la situación existente. Pasadas las 9:00 el presidente de Asaja Almería, Francisco Vargas, y el secretario provincial de COAG, Andrés Góngora, se subían al techo de la furgoneta que portaba la megafonía y micrófono en mano hablaban ante el más de medio millar de agricultores que les escuchaban. De sus palabras tomaba buena nota la Guardia Civil que se había desplegado a pocos metros. "Los precios mínimos son de final, no son precios para empezar, por debajo de los cuales no se vende, y son 60 céntimos en pimiento lamuyo y california, 40 para el pimiento italiano y resto de productos y 30 para el tomate. Es la propuesta que hemos llevado al comercio y no la ha aceptado. Ya dijimos la semana pasada que o se cumplían estos precios mínimos o se dejaba de comercializar producto, pero lo vamos a hacer con vuestro apoyo, si no no se puede hacer. Tenemos que ir a una medida de presión y de fuerza, o se cumplen los precios mínimos o se cierra la comercialización en la provincia". ASAJA y COAG preguntaron a los agricultores qué querían hacer, "¿queréis que se cumplan los precios mínimos?", y cientos de gargantas corearon sí. "Vosotros tenéis la última palabra, las organizaciones estamos para trabajar por vosotros, tenemos que forzar para que por escrito se comprometan a fijar esos precios mínimos, o deja de salir un kilo de la provincia de Almería. Ha habido un movimiento estratégico de las comercializadoras, y de no poder aceptar unos precios mínimos razonables resulta que el sábado los tomates ya valían 40 céntimos, fijaros cómo les llega la presión a algunos", afirmaba Andrés Góngora, quien resumía que "se cierra los días que hagan falta hasta que se acepte. Las medidas deben ser estructurales, para todo el año. Menos de 30 céntimos durante todo el año significa el cierre y para el mes de diciembre los precios que se han dicho antes. Hay mucha desinformación y gente lanzando papeles por ahí, está habiendo una guerra para que no hagamos nada y nos aburramos, pero si estamos de acuerdo en echar para adelante, vamos." Por su parte el presidente de ASAJA, Francisco Vargas, afirmaba que "tenemos que darle la vuelta a esta situación. En vez que sea un comercial quien ponga precio a lo nuestro que seamos los agricultores quien pongamos precio a nuestros productos. Es muy importante que no haya ningún altercado".

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