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El próximo 7 de febrero, el almeriense celebra sus bodas de oro con una novillada en Sevilla

LAEDICION.NET.-REDACCION.-Con un andar torero, Chicuelo camina por las calles de Santo Domingo con una mirada brillante y una constante sonrisa se muestra ilusionado porque en pocos días va a torear, va a demostrar que con ochenta años su pasión por este mundo no tiene fronteras.

No se trata de una novillada por puro placer. Chicuelo, o también Luis Ruiz, quiere homenajear a Aurora, su mujer, y celebrar sus cincuenta años de matrimonio, o lo que es lo mismo sus bodas de oro.

El 6 de febrero de 1960 fue la celebración del enlace y el próximo día 7, Chicuelo pondrá el valor suficiente para torear en la ganadería de Las Monjas de Lora del Río (Sevilla) a las 11:30 horas. "El gusanillo lo lleva uno siempre, no se irá hasta que me muera", explica Chicuelo, minutos antes de que llegara su mujer.

Aurora entra en casa y Chicuelo la invita sentarse para repasar su historia, sus recuerdos, sus anécdotas. Ante el homenaje que le va a realizar su esposo en Sevilla, Aurora dice con rostro preocupado: "Estoy asustada. Es tan mayor, me da miedo, pero no se le va a quitar su voluntad".

La preocupación de Aurora fue uno de los momentos más emotivos de la conversación que mantuvo Diario de Almería con Chicuelo y las lágrimas salían de sus brillosos ojos cuando abrazó y besó con ímpetu a su mujer, para él, una persona "muy noble".

La historia de amor del matrimonio surgió de una forma muy especial. Aurora se hizo una fotografía para el carnet de identidad y los dueños de ese establecimiento decidieron poner su imagen en el escaparate. Luis, sin conocerla de nada, aseguró a los dependientes que era su novia y éstos le dieron el retrato. Tiempo más tarde se encontraron por la calle y el amor surgió. Las coincidencias de la vida quisieron que se vieran y que su relación se prolongara durante décadas.

Chicuelo, que nació en la capital de Almería, asegura que es autodidacta: "No he estado en ninguna escuela taurina porque no había en Almería. No jugaba como un niño, siempre estaba con el toro. He tenido pocos percances. Asaltaba los corrales de la plaza de toros y me ponía a torear vaquillas. Mi padre siempre se enfadaba conmigo porque no sabía donde estaba metido".

Chicuelo ha recorrido diferentes puntos de España con su arte torero: "He estado en Palencia, León, Bilbao... He salido a hombros en varias ocasiones. He realizado un total de 40 novilladas".

Según Luis Ruiz, ha trabajado en muchos oficios durante su vida profesional: "Empecé de pequeño a vender almendras. Tuve una cogida en León y estuve mal seis años por lo que monté un restaurante en Roquetas de Mar". Chicuelo ha puesto un autocar para que familiares y amigos disfruten de su arte: "Llevo un banderillero de Lorca y otro novillero para que me ayude en Sevilla".

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