martes, 29 de noviembre de 2011

Borja saca las uñas por su esposa

El hijo de Tita Cervera defiende a Blanca Cuesta ante las constantes acusaciones de su madre. Asegura que "jamás colgaría el teléfono a nadie" como asegura la baronesa. DANIELLA MONTENEGRO La desavenencias entre la baronesa Thyssen y Borja no llegan a su fin. Entre dimes y diretes, madre e hijo no dan un paso atrás en sus convicciones haciendo que su relación sea cada vez más fría y distante. Una eterna batalla en la que el orgullo parece estar haciendo mucho daño. Aunque tanto uno como otro aseguran que no tendrían ningún problema en que se diera entre ellos un pequeño acercamiento, ninguna de las dos partes ha levantado aún la bandera blanca. Y es que Blanca es , precisamente, el origen de esta eterna disputa familiar. Y siguen sumando capítulos. A pesar de que Carmen Cervera y su retoño tienen versiones muy distintas de una misma historia, los dos están de acuerdo en hacer de los medios de comunicación el principal portavoz de su malestar. De hecho, el último episodio de esta mediática relación se ha llevado a cabo delante de las cámaras de televisión. Tita afirmó a una reportera que en más de una ocasión se ha armado de valor para llamar a su hijo por teléfono pero Blanca ha impedido la conversación colgando el aparato. Una acusación que ha propiciado un monumental enfado por parte de Borja. Éste, aunque afirma que desearía que estos temas se solucionasen en la intimidad, asegura que "Blanca jamás colgaría el teléfono a nadie". A lo que añade: "son llamadas que nunca han existido. Pido que se respete a mi mujer y nada más". Además, el primogénito de la baronesa asegura que cuando su madre lo ha querido localizar lo ha hecho, y si no ha sido así es porque no ha querido. Tampoco está muy contento de que ésta exponga constantemente sus problemas familiares públicamente. "Yo jamás pondría esto en los medios y ella lo pone siempre en la palestra", sentencia molesto. Además y por si fuera poco, al matrimonio no le ha sentado demasiado bien que la baronesa no haya sido demasiado clara ante la prensa a la hora de zanjar el tema del inexistente vídeo porno de la esposa de su hijo, por el que se comentó que había llegado a pagar varios miles de euros para frenar su llegada a la luz pública. Todos estos problemas se suman a la vieja polémica de la herencia (dos cuadros que el barón Thyssen dejó a su hijo) por la que Tita y Borja han llegado incluso a los tribunales. Las tiranteces entre nuera y suegra parecen insuperables, y ya se remontan a varios años atrás. Con las fechas navideñas a la vuelta de las esquina ninguna parece estar dispuesta a dar su brazo a torcer. Mientras que Blanca y su marido disfrutan de una activa vida social en Madrid, Tita está completamente volcada en su carrera profesional, así como en sus dos hijas pequeñas. Todas las partes coinciden en que "han pasado cosas muy graves" y las aguas, de seguir la cosa así, difícilmente puedan volver a su cauce. Todo mientras los hijos del joven matrimonio siguen creciendo en ausencia de su abuela paterna.

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