lunes, 20 de febrero de 2012

Una boda a con diseño propio

La boda del año suscitó gran expectación a la entrada del pazo de Drozo, en Cambre, fortificado para la ocasión La heredera de Inditex se casó con el asturiano Sergio Álvarez con un vestido de su cosecha LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin.-Era la boda del año, aunque nadie pudiera ver o saber más que lo que los novios consintieran. Un ejército de seguridad y discreción se había encargado de blindar el enlace a las miradas indiscretas que, a medida que iba transcurriendo la tarde de ayer, se agolpaban a la entrada del pazo de Drozo, en la pequeña localidad coruñesa de Cambre. La enorme sonrisa de Marta Ortega no se había prodigado demasiado, y solo el viernes, vestida de rojo, la heredera del imperio Inditex se dejó fotografiar junto al que, por pocas horas ya, era su prometido: el jinete asturiano Sergio Álvarez Moya. Fue a la entrada de la fiesta celebrada, la víspera al enlace, en un lujoso hotel de la capital gallega, en torno al cual también se había cernido el estrecho cerco de la discreción, característico del patriarca de los Ortega. Amancio Ortega, fundador y propietario de Inditex, séptima mayor fortuna del mundo y que ayer, en una fecha tan señalada para el devenir de la compañía familiar, quiso acordarse en la lista de invitados de todos aquellos que le ayudaron a erigir el imperio que su hija Marta heredará: entre los invitados se encontraba, por ejemplo, el ex consejero delegado de la casa gallega y actual presidente de Ono, José María Castellano. La novia lució un vestido ideado por ella misma, concebido con la ayuda del diseñador Narciso Rodríguez. Ya en días anteriores se apuntaba a un nombre extranjero para confeccionarlo, aunque, como marca la tradición, hasta que el sobrio Mercedes atravesó las puertas del pazo con la novia y su padre el misterio era total. Minutos antes había atravesado la nube de fotógrafos y caras intrigadas Sergio Álvarez Moya, el novio, acompañado hasta el altar por su madre. Él recurrió a un traje de Massimo Dutti. Entre la hermética lista de invitados, pues, predominaron caras del mundo empresarial y del de la hípica: los primeros, llegados por parte de la novia en su mayoría, respondían a la manera familiar y discreta de su padre. Los segundos, al trabajo de él y a la pasión de ambos: parte del equipo nacional estuvo presente en el enlace. Asimismo, por parte del novio hubo representación asturiana: su íntimo amigo Álvaro Díaz, jinete natural de Gijón, fue uno de los invitados; así como el avilesino Gerardo Menéndez, amigo de la familia de Álvarez Moya. Representación asturiana que, por otro lado, se dejó sentir en los mismísimos manjares que degustaron los invitados: el cocinero Nacho Manzano, que ostenta el orgullo de ser el único chef de la región que atesorados estrellas Michelin, se puso tras los fogones junto a Marcelo Tejedor, cocinero de éxito en su tierra, Galicia. En el pazo entraron coches, microbuses, algunas enigmáticas bolsas de Zara -buque insignia de Inditex- y nada más: ni una mirada indiscreta, ni una cámara fuera de lugar, ni un solo bocado de información más que los estrictamente calculados. Quizás los detalles lleguen a trascender: de momento, lo único sabido es que ya son marido y mujer. Lució un vestido ideado por ella misma con ayuda del diseñador Narciso Rodríguez. Acudió al altar acompañada de su padre, Amancio Ortega. El jinete asturiano se decantó por un traje de Massimo Dutti y unos zapatos Church's. Su madre le acompañó al altar.

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