jueves, 2 de febrero de 2012
Urdangarín pone en la picota a la familia real española
La familia real está en la picota desde que se conocieran los supuestos negocios poco éticos que Iñaki Urdangarín realizó bajo la tapadera del Instituo Noos. Una fundación que se suponía sin ánimo de lucro y que, presuntamente, ha convertido al esposo de la Infanta Cristina en Rey Midas, aquel personaje que convertía en oro todo lo que tocaba.
LAEDICION.NET.-: DANIELLA MONTENEGRO. @LaEdicin.-Ya en el año 2006, el Rey Juan Carlos tuvo conocimiento de las actividades de su yerno. Fue entonces cuando mandó a una persona de su confianza a investigar el asunto. Los resultados apuntaban a que algo olía a podrido alrededor del duque de Palma. Así, el monarca decidió que la familia formada por Cristina e Iñaki emigrara a Washington. La estancia se vendió a los medios como una gran oportunidad profesional que el duque no podía desaprovechar.
Ya instalados al otro lado del charco, empezaron a saltar las informaciones relativas al Instituto Noos y a Urdangarín. En principio, los duques de Palma mantenían el tipo. Mientras tanto, el rey callaba, quizás esperando que esta vez también se cumpliera la regla no escrita de que la prensa no publica lo que no es favorable a los Borbones. Sin embargo, esos tiempos hace mucho que quedaron atrás.
Tal como muchos preveían, Iñaki ha sido imputado, mal menor si tenemos en cuenta que el asunto ha hecho tambalear los cimientos de la Casa Real. Menos mal que en Zarzuela reaccionaron a tiempo y convocaron un desayuno de prensa donde Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey, reveló que Urdangarín quedaba desligado de la agenda oficial porque su comportamiento al frente de Noos parecía "poco ejemplar". Después, sería el propio Rey quien le endosara un tirón de orejas a su díscolo yerno en forma de discurso de Navidad. Tras lo que muchos han considerado una metedura de pata de la reina, pues doña Sofía se dejó captar en amor y compañía junto a los duques de Palma, el rey dio un golpe en la mesa y dijo "basta". Se acabaron las fotos en compañía de los duques de Palma. Recordemos que el tema también ha salpicado a la Infanta, que aparece en una sociedad del entramado Noos. También el príncipe Felipe está de acuerdo con su padre, pues es consciente de que el daño hecho a la institución es mucho. Por tanto, apoya el distanciamiento y ha querido dejar claro que su camino es el de la transparencia, tal como dejó patente en uno de sus últimos discursos.
Y mientras en España la tormenta mediática no cesa, Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina andan desaparecidos. Estas navidades no se han podido captar imágenes de la pareja, tal y como confirman varios fotógrafos apostados en las inmediaciones de la residencia donde la pareja y sus hijos residen en Washington. Sigue siendo un misterio si los duques de Palma disfrutaron de la Navidad atrincherados en su mansión o bien pusieron rumbo a alguna elitista estación de esquí estadounidense, como la de Aspen, en Colorado. Lo único que sí es seguro es que a Urdangarín se le vio caminando en el aeropuerto de Washington hace pocos días. Desde entonces, su rastro se ha perdido. Unos aseguran que sigue en Estados Unidos y otros que viajó a España para visitar a su padre, muy delicado de salud. En cualquier caso, ni la hija del Rey ni su marido pueden esconderse a perpetuidad. Algún día tendrán que salir de su trinchera y mostrarse en público. Nobleza obliga.
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