viernes, 2 de marzo de 2012

Cambiar el miedo por esperanza

La celebración del 28-F de cada año nos brinda la oportunidad de celebrar el orgullo de ser y sentirnos andaluces, de mostrar nuestra satisfacción por el esfuerzo colectivo convertido en autogobierno y de reflexionar sobre nuestro compromiso con el presente y el futuro de Andalucía. Y ese futuro está en nuestras manos ahora más que nunca, pues dentro de pocas semanas los andaluces tendremos la ocasión de ser, efectivamente, la voz y el voto que oriente la dirección de la gestión de nuestros asuntos públicos. En más de una ocasión he compartido con ustedes mi convicción acerca de la necesidad que tiene Andalucía de un cambio. Un cambio general que va más allá de las siglas y de las personas. Un cambio necesario a la hora de poner a funcionar de verdad la comunidad más grande y más poblada de España. Andalucía tiene que enterrar el sectarismo y poder contar con un gobierno del cambio para todos los andaluces. Ser un andaluz del cambio es no aceptar que las cosas se sigan haciendo mal. Apostar por el cambio es rebelarse contra la desigualdad de oportunidades. Querer que Andalucía cambie es enterrar el conformismo y el miedo. Y yo creo que con un gobierno del Partido Popular, Andalucía va a cambiar el miedo por la esperanza. El miedo ya fue derrotado en las últimas elecciones generales y ahora el miedo es que las cosas sigan igual. Por eso Javier Arenas debe ser el presidente de la Junta de Andalucía: para ganarle a la crisis y al paro y para que la sociedad andaluza tenga un solo dueño: los andaluces. Sinceramente, creo que la mejor noticia que podríamos ofrecer ahora al conjunto de la sociedad andaluza es anunciar que éste es el último 28-F que celebramos los andaluces con el PSOE al frente del gobierno de la Junta de Andalucía. Han sido muchos años y han sido muchos los escándalos que se han podido conocer, y no resultaría sorprendente que en el futuro pudieran descubrirse otros que han sido tapados o silenciados por la implacable maquinaria de control que la Junta de Andalucía ha puesto al servicio de los intereses personales y familiares del Partido Socialista. El escándalo de los ERES, el mayor atraco a las arcas y al decoro público que se conoce en la historia democrática de Andalucía, está marcando el final del ciclo socialista al frente de la Junta. A esto hay que añadir una espectacular fractura social y un dramático crecimiento del desempleo al que los socialistas, obsesionados con trazar estrategias judiciales con las que intentar salvar la cabeza y enfrascados en cruentas peleas internas, no prestan atención, dando la espalda a los andaluces que más lo necesitan. Valgan estos datos para retratar la quiebra del sistema socialista en la Junta. De cada 100 andaluces en edad de trabajar, más de treinta no tienen un lugar donde hacerlo. ¿No creen que ya es hora de cambiar esa dinámica? Por eso cada día son más los andaluces que saben que ese cambio está al alcance de la mano. Un cambio reformista, sosegado y profundo que nos dé a los andaluces la posibilidad de empezar a convertir en realidad los sueños pendientes. Y el primer sueño es acabar con el paro. Desde la firmeza y el diálogo vamos a sustituir todo lo que ha funcionado mal por programas y proyectos capaces de ofrecer mejores rendimientos para todos. Medidas urgentes como la supresión de Consejerías, del 50 por ciento de altos cargos y del 50 por ciento de los delegados provinciales de la Junta. Andalucía necesita adelgazar su administración de cargos políticos y enchufados y dejar más espacio a nuestros eficaces y profesionales funcionarios. Andalucía necesita un cambio global. Y ese cambio es el que estamos proponiendo miles de andaluces, que confiamos en la capacidad de Javier Arenas para coordinar el esfuerzo necesario. Por eso espero que el próximo 28-F Andalucía haya cambiado a mejor. Y esa posibilidad está en manos de todos los andaluces. Javier Aureliano García

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