LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Fran Rivera está que trina con el biopic que sobre su madre emite Telecinco. El diestro ha hecho llegar su malestar vía Twitter. Entre otras cosas, ha calificado la serie como "mala", para añadir "es de vergüenza tanta mentira".
Lejos de aflojar, el torero continúa arremetiendo contra la cadena de Vasile y los acusa de manipular sus palabras, en el sentido que aprovechan declaraciones suyas, realizadas a otros programas, para emitirlas como si las hubiera hecho para el especial que sigue al especial de Carmina Ordóñez: "En Telecinco, manipulan todo, donde salgo yo hablando es de otros programas que utilizan para dar veracidad y morbo. La ley en sentido no nos apoya".
Sobre la imagen que el biopic ofrece sobre su madre, Francisco Rivera Ordóñez opina: "La pena de la serie de mi madre es que no creo que sea necesaria la mentira. Fue una mujer tan maravillosa, con una vida tan bien vivida, que contando la verdad de las cosas seria más que suficiente para mil series. Fue una mujer increíble y desde luego todo lo que soy se lo debo a ella".
Lo cierto es que desde que falleció, el diestro ha emprendido diferentes acciones legales para que no se hablara de ciertos pasajes de la existencia de su madre. Quizás los más duros, los que corresponden a la última etapa de su vida, donde ya sus escarceos por el lado oscuro habían causado estragos más que evidentes.
Reina de corazones por derecho propio, Carmina se bebió la vida a grandes sorbos. No le gustaban los convencionalismos y se guiaba por el corazón. Se casó con Paquirri y durante su matrimonio cayó en las redes de Manzanares. Fue durante un viaje a Sudamérica, donde ambos diestros hacían lo que se conoce como la temporada americana, cuando Paquirri pilló a su mujer en brazos de su colega. Aquel día, Francisco Rivera tenía que saltar al ruedo a las cinco de la tarde. Sin embargo, la lluvia lo impidió y regresó al hotel. Allí fue donde descubrió a su esposa viviendo la pasión con su colega.
Tras el divorcio del padre de sus dos hijos mayores, Carmen se marchó a Marbella y allí conoció a Antonio Arribas y los excesos. La muerte de su madre, víctima del cáncer, la sumió en un profundo dolor que se vio incrementado cuando supo que su padre había encontrado consuelo en Pilar Lezcano, con quien se casó en segundas nupcias. La relación entre padre e hija, que siempre fue problemática, pasó a ser casi inexistente. Carmen conoció a su se gundo marido en el Rocío. Julián Contreras fue una bocanada de aire fresco y junto a él alumbró a Julian Jr. La pareja empezó una nueva vida en Marruecos, contando con la protección de la familia real alauita. Los días de vino y rosas entre el matrimonio se acabaron y Carmina inició una nueva andadura. Tiempo después, en su camino se cruzaría Ernesto Neira. Se casó con el bailarín y, posteriormente, tras su separación, confesó que había sido víctima de malos tratos. Ahí empezó otro calvario para la divina, pues fueron muchos quienes no la creyeron y el juez desestimó su demanda por considerar que no daba el perfil de mujer maltratada. Una sentencia que, esperemos, no siente jurisprudencia.
Los problemas de adicción hicieron que Carmen Ordóñez fuera ingresada en una clínica catalana. Ella nunca reconoció que consumiera sustancias prohibidas y siempre adujo que la razón de sus problemas eran los somníferos, que empezó a tomar a raíz del fallecimiento de su madre. A punto de cumplir el medio siglo de vida, Carmina fue encontrada muerta en la bañera de su casa. Todavía sigue siendo un misterio el nombre de quienes la acompañaban aquella fatídica noche
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