sábado, 18 de agosto de 2012

Mercadona ¿ conspiración?


D.M.-La cadena de supermercados Mercadona parece el malo de la película. Primero, unos sindicalistas asaltan uno de sus establecimientos, roban comida y la reparten entre los pobres. Mensaje: Robin Hood contra el sheriff malvado de los súper.
Poco después la cadena retira de sus estanterías once productos relacionados con la belleza porque pueden resultar sospechosos contra la salud.
Como siempre, muchos se han alegrado de estos aprietos de Mercadona. ¿Quiénes? Sus competidores, supongo. Desde farmacéuticas y farmacias a multinacionales de cosméticos, desde otras cadenas de supermercados hasta incluso proveedores de Mercadona.
El verdadero peligro de esos  cosméticos era que casi todas las mujeres los consumían, o por lo menos, conocían su existencia. Creo que eso se debía a su precio, que era muy barato comparado con otros. De la calidad no puedo decir nada porque en España se venden muchos cosméticos y habrá de todo.
Todo esto ha dado pie a la última y deliciosa Teoría de la Conspiración. Dado que Mercadona era un jugador molesto, ¿no será que se han unido sus enemigos para aplastar a la cadena? Es un argumento sexy, desde luego. Imaginen: poderosas multinacionales de la cosmética extorsionan a los científicos de la Agencia de Medicamentos para que prohíban los productos DeliPlus y Solcare. Pagan a unos mafiosos búlgaros (que habían sido temibles levantadores de pesas en los Juegos Olímpicos de Sydney), para que secuestren unas horas al  científico de la Agencia que analiza los productos de Mercadona. Y le dicen: “Oye tú, o realizas un informe contra Mercadona o tu familia… (y aquí se pasan la uña del pulgar por el cuello)”.
O bien, entran unos encapuchados a media noche en los laboratorios de la Agencia del Medicamento, y con unas jeringuillas introducen sustancias peligrosas en las muestras de DeliPlus y Solcare. El resto, ya lo imaginan. Cuando llegan las analíticas, los científicos se llevan la mano a la boca y exclaman. “¡Dios mío: es ácido metadonaexclorurofetanoldehido!”. Lo siguiente sería algo así como una secuencia de “Doce Monos”, con científicos llenos de bubas purulentas que se llevan la mano al cuello y mueren agarrotados de dolor diciendo “aaaaaggg”. Conclusión: hay que prohibir DeliPlus antes de que perezcamos todos. ¿Qué hace la Agencia?
Quizá la verdad sea más aburrida. La Agencia del Medicamento explica en su página web cómo es su funcionamiento. Tiene un equipo de 500 profesionales entre los cuales hay  licenciados y doctores en Farmacia, Medicina, Veterinaria, Biología, Química, Derecho, Ingenieros informáticos… Su misión: controlar, analizar, autorizar o rechazar desde medicamentos hasta productos aplicados al ser humano.
En España, según dice un documento de la Agencia, cada año se solicita la aprobación de entre 1.600 y 2.000 medicamentos. La Agencia rechaza el 8%, según la última memoria.
Lo que ha realizado la Agencia en Mercadona ha sido un control rutinario. No ha detectado el terrorífico y pavoroso  ácido metadonaexclorurofetanoldehido. Era simplemente que esos productos padecían ‘no conformidad’. Aquí la Agencia se ha lucido con su castellano tórpido, seguramente para no apretar el botón del pánico.
La Agencia supongo que ha querido decir que son productos inocuos, pero juntos, quizá no sean tan inocuos. Técnicamente, según los teletipos,  se trata de la trietanolamina, que actúa sobre el PH, y del conservante bronopol, ya que la combinación de ambos puede producir nitrosamina, una sustancia inductora de tumores cancerígenos, aunque no en las cantidades que contienen los productos Deliplus”.
Pero, como dice una nota de la Agencia (asustada por la repercusión), en el peor de los casos “no afecta a la seguridad de los productos implicados”. En resumen, “no se ha desencadenado ninguna alerta sanitaria” (eso quiere decir que no va a haber Doce Monos versión Alcorcón).
Prevención inmediata
Los sistemas de prevención ha funcionado bastante bien. Mercadona retira los productos, promete devolver el dinero, y el fabricante los sustituye por nuevos productos sin las sustancias mencionadas.
Eso es todo. No hay conspiración. Solo un frotarse de algunas manos y nada más.
¿Y lo del asalto al supermercado por Sánchez Gordillo y los mariachis del Sindicato Andaluz de Trabajadores? Marketing político. Los sindicalistas querían “centrar la atención” sobre el hambre que pasan muchas personas en España, mientras se tiran miles de toneladas de productos cada día a la basura. Lo han conseguido.
Pero la verdad es que eso ya lo sabíamos. A Sánchez Gordillo le habría bastado hacer una petición formal a Mercadona para que donase algunos miles de kilos de alimentos. Pero claro, eso no habría salido en los periódicos.

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