lunes, 5 de noviembre de 2012

La Operación Indalo desmantela una red de tráfico de inmigrantes ilegales, narcotráfico y contaminación marítima



  
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-35 detenidos y 2.245 personas rescatadas de una red dedicada al favorecimiento de la inmigración irregular en pateras, este ha sido el resultado al cierre de la ‘Operación Indalo’, en la que han intervenido agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

El Ministerio de Interior ha hecho público que, desde el pasado mes de mayo los agentes han intervenido en las costas de Almería, Granada, Murcia, Málaga y Algeciras, con la finalidad de controlar los flujos migratorios marítimos procedentes del norte de África.

Bajo la coordinación de la Guardia Civil, el operativo se ha saldado con la detención de 35 traficantes de personas y organizadores de las travesías. Además, se han realizado cerca de 2.900 horas de vigilancia marítima y 684 horas de vigilancia aérea.

En esta misma operación conjunta, que se ha desarrollado en las costas de Almería, Granada, Murcia, Málaga y Algeciras con la finalidad de controlar los flujos migratorios marítimos procedentes del norte de África, han sido también arrestados 84 presuntos narcotraficantes a los que se ha incautado 30.368 kilos de hachís, según un comunicado del instituto armado.

Además han sido perpetrados delitos de contaminación marítima y crimen transfronterizo, habiéndose detectado dos casos de vertidos ilegales, procedentes de buques que vacían directamente en el mar sus sentinas (depósitos con residuos de aceites, grasas y otras sustancias contaminantes), en lugar de hacerlo en tierra y en los lugares habilitados para ello.

Para la operación "Índalo" han formado parte del dispositivo grupos de expertos en inteligencia y equipos de investigación contra las redes de inmigración ilegal de España, Eslovaquia, Italia, Islandia, Luxemburgo, Bélgica, Francia y Portugal, bajo la dirección de la Agencia Europea de Fronteras, contando para ello con seis aviones de vigilancia, dos buques oceánicos y un helicóptero.

Cada vez que era localizada una embarcación con inmigrantes irregulares a bordo, inmediatamente se ponía en marcha un operativo policial con dos objetivos fundamentales.
Por un lado, proporcionar a los ocupantes de la patera la ayuda humanitaria que pudieran necesitar, ya que, normalmente, las condiciones de salud en las que llegaban no eran las mejores.
Por otro, tratar de detectar al patrón de la embarcación -responsable del tráfico de seres humanos- que normalmente se ocultaba entre sus víctimas para pasar inadvertido.

Posteriormente, agentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, junto con miembros de otros policías europeos, entrevistaban a todos los inmigrantes que se prestaban de manera voluntaria para obtener información sobre esas organizaciones.

Estas redes están detrás de la mayoría de los viajes en patera que parten desde el norte de África con destino a cualquier punto de la costa española, ya sea con el fin de quedarse en España o como puerta de entrada a cualquiera de los Estados de la Unión Europea.

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