Cuando
se llama a la puerta de la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Almería,
ocurre como en la tradición inglesa de Halloween, aparece su jefe
preguntándote: “Truco o trato”. Resulta que quien dirige esa administración se
entretiene jugando con las calificaciones de suelo antes de aprobar
definitivamente el Plan General. La posibilidad que le han dado, de usar el
lápiz para determinar el valor de cualquier suelo, le ha producido un “subidón
de la libido negociadora“, estimulada por el calor que le proporciona la
cercanía del alcalde de Roquetas, experto en la función.
La misión de las concejalías no es otra que hacer una mejor ciudad para todos los ciudadanos, para aquellos con capacidad económica y también para las clases sociales desfavorecidas. La ciudad que nos presenta el Partido Popular después de muchos años de gobierno se aleja cada vez mas de este principio,. Es una ciudad donde se paga por todo; si usted quiere aparcar el coche tiene más lugares para hacerlo pero ninguno gratis; si quiere cultivar su cuerpo con el ejercicio físico le han construido un centro en suelo público donde una empresa le cobra para toda la satisfacción de su ego; si quiere aprender música, no vaya a ese conservatorio público sino al centro construido del Ayuntamiento para que una empresa privada le cobre al nene tanto como una matrícula en la Universidad. Las intenciones municipales pretenden seguir ese camino, darle servicios costosos, gestionados desde lo privado, solo al alcance de los que pueden pagarlo.
Esa sangría a la que somete al ciudadano, no se corresponde con los tratos o convenios con muchas empresas. Valga como ejemplo la Escuela Municipal de Música situada en la antigua casa de la juventud, cuya rehabilitación ha costado al erario público novecientos mil euros, y que ha sido cedida a una iniciativa privada que lo explota pagando al Ayuntamiento la miseria de setecientos euros al mes. Mientras tanto, la Concejalía de Urbanismo sigue gastando un alquiler por los pisos que ocupa de treinta mil euros mensuales, no se asuste, cinco millones mensuales de las antiguas pesetas, a pesar de tener edificios municipales vacíos, como las antiguas dependencias de la Policía Local del 18 de Julio o el que fue mercado provisional. Se ve que éstos quedan a la espera de un nuevo trato o truco.
En los últimos tratos, aparece en persona o en la sombra, el Presidente del Partido Popular que de repente y sin nadie reclamarlo, idea el truco que la Diputación necesita edificios a pesar de tener instalaciones en funcionamiento en lugares ideales como la residencia asistida y céntricas oficinas de servicios públicos que atienden al ciudadano. Al igual que hace en su pueblo, hecha el ojo a un espacio público y le sube la libido urbanizadora, olvidando que en el centro tiene sin rehabilitar y cerrado con gruesas cadenas, el antiguo Hospital Provincial. Eso si, nos anuncia que en ese lugar hará un centro comercial y cientos de viviendas. Como si la renta de los almerienses diera para tanto. Buenos días señora ¿truco o trato?
Diego Cervantes Ocaña
La misión de las concejalías no es otra que hacer una mejor ciudad para todos los ciudadanos, para aquellos con capacidad económica y también para las clases sociales desfavorecidas. La ciudad que nos presenta el Partido Popular después de muchos años de gobierno se aleja cada vez mas de este principio,. Es una ciudad donde se paga por todo; si usted quiere aparcar el coche tiene más lugares para hacerlo pero ninguno gratis; si quiere cultivar su cuerpo con el ejercicio físico le han construido un centro en suelo público donde una empresa le cobra para toda la satisfacción de su ego; si quiere aprender música, no vaya a ese conservatorio público sino al centro construido del Ayuntamiento para que una empresa privada le cobre al nene tanto como una matrícula en la Universidad. Las intenciones municipales pretenden seguir ese camino, darle servicios costosos, gestionados desde lo privado, solo al alcance de los que pueden pagarlo.
Esa sangría a la que somete al ciudadano, no se corresponde con los tratos o convenios con muchas empresas. Valga como ejemplo la Escuela Municipal de Música situada en la antigua casa de la juventud, cuya rehabilitación ha costado al erario público novecientos mil euros, y que ha sido cedida a una iniciativa privada que lo explota pagando al Ayuntamiento la miseria de setecientos euros al mes. Mientras tanto, la Concejalía de Urbanismo sigue gastando un alquiler por los pisos que ocupa de treinta mil euros mensuales, no se asuste, cinco millones mensuales de las antiguas pesetas, a pesar de tener edificios municipales vacíos, como las antiguas dependencias de la Policía Local del 18 de Julio o el que fue mercado provisional. Se ve que éstos quedan a la espera de un nuevo trato o truco.
En los últimos tratos, aparece en persona o en la sombra, el Presidente del Partido Popular que de repente y sin nadie reclamarlo, idea el truco que la Diputación necesita edificios a pesar de tener instalaciones en funcionamiento en lugares ideales como la residencia asistida y céntricas oficinas de servicios públicos que atienden al ciudadano. Al igual que hace en su pueblo, hecha el ojo a un espacio público y le sube la libido urbanizadora, olvidando que en el centro tiene sin rehabilitar y cerrado con gruesas cadenas, el antiguo Hospital Provincial. Eso si, nos anuncia que en ese lugar hará un centro comercial y cientos de viviendas. Como si la renta de los almerienses diera para tanto. Buenos días señora ¿truco o trato?
Diego Cervantes Ocaña
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