El extesorero del PP trata de demostrar con documentos que su fortuna es la tercera parte de lo descubierto y que está regularizada
LAEDICION.NET.- La verdad de Luis Bárcenas no es la
judicial. Es otra, mucho más rosa. El extesorero del PP lleva semanas tratando
de demostrar ante la Audiencia Nacional con una batería de documentos que ya no
es un potentado con 38 millones de euros en cuentas suizas, sino un ahorrador y
desafortunado inversor en Bolsa que en realidad apenas conserva un tercio de
aquella fortuna. Es más, se esfuerza en demostrar que no hay delito alguno, más
allá de alguna irregularidad fiscal ya solventada en la amnistía del año pasado.
Y que sus empresas pantallas en América, donde parece haber terminado parte de
aquel dinero, no son sino parte de un entramado para participar en una
multinacional alimenticia casi filantrópica.
Los otros papeles de Bárcenas son 137 páginas que el propio
extesorero ha entregado al juez Pablo Ruz. El elemento principal son dos
balances de los estados de sus carteras en los bancos suizos Lombardier Odier y
LGT, antes Dresdner Bank, con los que el imputado trata de probar que los 38
millones de euros se han convertido en cinco años en 12.557.070 euros. Y
bajando por culpa de la Bolsa.
El estadillo del Lombardier, elaborado 'ad hoc' por el banco,
asegura que Bárcenas, a través de la empresa uruguaya Tesedul, donde el
imputado sostiene que tiene toda su fortuna, luce en su cuenta números rojos.
Tiene, según el informe, 110.520 euros en efectivo a los que hay que restar 1,4
millones de euros de un préstamo que el extesorero asegura que pidió para
acoger a Tesedul a la amnistía fiscal del pasado año. El exjefe de las finanzas
populares trata de probar que en ese banco, tras el batacazo en Bolsa de 2007,
sólo le quedan poco más de nueve millones y todos los tiene en cartera variable
-acciones de BBVA, Santander, Telefónica, Gas Natural- y con unas perspectivas
más que negativas porque a fecha del pasado febrero tenía una «minusvalía
latente» de 4,8 millones de euros. En LGT le quedarían 8,3 millones de euros,
el 99,6% de los cuales también en renta variable.
En resumidas cuentas, el extesorero intenta demostrar que hoy tiene
menos, incluso, de los 12,5 millones declarados, muy cerca de los 10,9 millones
que Tesedul regularizó en 2012. Ni un papel de Bárcenas arroja luz sobre el
dinero que sacó a Sudamérica a través de Brixco, una empresa relacionada con el
también imputado y extesorero del PP, Ángel Sánchis, y tampoco ni un solo
estadillo sobre la entidad helvética, la Banca Della Svizzera Italiana, en la
que la Audiencia Nacional sospecha que tiene otra fortuna.
Bárcenas también se vuelca en tratar de demostrar que es
perfectamente legal el hecho de que, a pesar de estar imputado, se haya acogido
a la amnistía fiscal que promovió Cristóbal Montoro. Aporta un informe que ha
encargado a dos inspectores de Hacienda en excedencia, Jorge Salto y Jesús
María del Paso, que llegan a afirmar que el extesorero, cuando se acogió a la
regularización a través de Tesedul, encima terminó pagando más que si lo
hubiera hecho como persona física.
Los dos exinspectores defienden la legitimidad de que Bárcenas usara
testaferros y una empresa como Tesedul, que en realidad ni siquiera está a su
nombre, para tratar de regularizar su fortuna en Suiza. Lo hizo, dicen, para
«evitar el escarnio y reproche social al que seguro se vería sometido, como los
hechos actuales demuestran, de haber presentado a su propio nombre la
declaración tributaria especial», una regularización que ha estado marcada por
la «inseguridad jurídica».
'Comida para el mundo'
Pero los otros papeles de Bárcenas van más allá y no siempre, a
pesar de su propósito, resultan demasiados exculpatorios. El imputado se esmera
en tratar de borrar cualquier sombra de duda sobre el hecho de que haya movido
dinero en Sudamérica. Para ello no duda en aportar un supuesto certificado de
una empresa uruguaya denominada 'Centenary, Food for The World' ('Comida para
el mundo'), que afirma que Bárcenas entre 1995 y 2005 realizó «tareas de
asesoramiento comercial y financiero y lobby empresarial» para esta presunta
multinacional que se presenta como una compañía casi filantrópica, cuyo «esfuerzo»
principal es que «más gente en el mundo pueda acceder a los alimentos que el
hombre produce». Eso sí, 'Centenary' admite que pagó «comisiones» al extesorero
por su trabajo de 'lobbista' y que lo hizo mientras era gerente del PP y
senador por Cantabria.
En esa batería de documentos, hay dos papeles de corte
«surrealista», en palabras de los investigadores de la Policía, para intentar
explicar los famosos 325.000 euros que en 2002 ingresó en efectivo en una
sucursal del Banco Popular en Madrid. Son dos cartas manuscritas del también
extesorero del PP y eximputado Rosendo Naseiro, que tratan de demostrar que ese
dinero venía de la compraventa de cuadros. Lo curioso es que una de esas cartas
está fechada el 15 de abril de 1984, 18 años antes del ingreso en billetes de
500 euros y mucho antes de que los euros llegaran a Europa.
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