sábado, 13 de diciembre de 2008

Fraga propone ponderar el poder de los nacionalistas "colgándolos"

El fundador del PP reconoce un "profundo desprecio" hacia Tardà por su grito contra el Rey y censura que el Senado no haya ejercido nunca su derecho a suspender autonomías
La clase política continúa coleccionando exabruptos. El último tuvo ayer como protagonista al senador y presidente fundador del PP, Manuel Fraga, quien preguntado sobre el peso de los partidos nacionalistas en la vida nacional afirmó que "habría que ponderar su poder colgándolos de algún sitio". Cuando se le reclamó una explicación más amplia, se limitó a defender que "por definición, son [los nacionalismos] lo contrario a la defensa de España". Durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Fórum Europa en el marco del trigésimo aniversario de la Constitución, el ex presidente de la Xunta aseguró también que el objetivo de la Carta Magna era que salvaguardase la unidad nacional y admitió que fue un error introducir en ella el término nacionalidades (de hecho apostó por eliminarlo).

Fraga comenzó su intervención refiriéndose a las polémicas palabras del diputado de ERC Joan Tardà, quien cerró una intervención pública el pasado fin de semana al grito de "¡Muera el Borbón!" y tachando de "corrupto" al Tribunal Constitucional. A su juicio, esas expresiones son un "insulto" al Rey y un intento de "presionar" al TC para evitar una sentencia desfavorable al Estatut. Al líder independentista le dedicó su "profundo desprecio" por pronunciar "las cosas más gruesas" que ha escuchado. "Yo a él le cantaría otras cosas, más de 40", añadió.

El presidente fundador del PP descartó una modificación amplia de la Constitución, al no considerarla "necesaria ni conveniente", aunque sí apostó por la reforma del Senado y del Congreso, sobre todo su composición y tamaño.

Sobre la Cámara Alta, Fraga señaló que tiene que poder "cumplir sin presiones inadecuadas" el "artículo clave" de la Constitución, el 155. Este apartado concede al Gobierno central la capacidad para tomar las medidas "oportunas" y "obligar" a una comunidad a cumplir sus obligaciones constitucionales si se considera que no lo está haciendo. Para ello, el Ejecutivo puede intervenir con el apoyo de la mayoría absoluta del Senado. "El Estado autonómico sólo quedará cerrado cuando el Senado tenga los poderes que prevé la Constitución y que ahora ni tiene ni puede ejercer", señaló.

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