domingo, 25 de enero de 2009

Un rumano y una rusa en paro y embarazada, la boda número mil oficiada por Gabriel Amat

Nicolae Sandru y Elena Kasanova contrajeron en la mañana de ayer matrimonio en el Salón de Plenos del ayuntamiento
El rumano Nicolae Sandru Geresku y la rusa Elena Kasanova llegaban a las doce del mediodía del sábado 24 de enero al Salón de Plenos del ayuntamiento de Roquetas de Mar sin saber que iban a protagonizar la boda civil número 1.000 que el consistorio roquetero celebra desde que en 1.995 gobierna el Partido Popular en la localidad. Era la segunda boda de Elena, ahora en el paro y embarazada tras haber trabajado como camarera. Él es mecánico de chapa y pintura.

El alcalde, Gabriel Amat, les manifestaba en la ceremonia que "es mi obligación hacerles saber que el Código Civil dispone que los cónyuges son iguales en derechos y deberes; deben respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en interés de la familia; están obligados a vivir juntos, guardar fidelidad, socorrerse mutuamente y deberán además compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes y descendientes y otras personas a su cargo."

A continuación Amat preguntó "¿Elena Kasanova, desea contraer matrimonio y efectivamente lo contrae en este acto con Nicolae Sandru? Sí, respondió ella". La misma respuesta positiva del novio a la pregunta del alcalde y a continuación intercambio de anillos, aunque con algún problemilla que quedó en anécdota, el primer beso del matrimonio y los aplausos de los testigos y los amigos y familiares presentes, sellaban el enlace que hacía el millar realizado por el equipo de gobierno del PP. Amat cerró el acto "por el poder que me confiere la Constitución y demás leyes declaro celebrado este matrimonio", tras lo cual los testigos y el matrimonio firmaban el acta judicial.

Durante la breve, sencilla y emotiva ceremonia, Amat charló distendidamente con los novios sobre la curiosa situación al conocerse en Roquetas un rumano y una rusa decidiendo casarse en el municipio, así como en el significativo número de matrimonios del Este de Europa que estaban adquiriendo viviendas en la Urbanización roquetera. Mientras se procedía a las firmas salió el inevitable tema de la crisis económica, "pero hay que seguir luchando", afirmaban los cónyuges "y hablamos español siempre para entendernos, practicamos en casa". El alcalde les despedía entregando los papeles firmados, "este lo lleváis donde habéis tramitado la documentación y este para vosotros que demuestra que os habéis casado, enhorabuena".

El nuevo esposo relataba a El Almería que tenía 33 años, "llevo siete años en Roquetas y Vícar. Vivo en La Gangosa. Trabajo en chapa y pintura de vehículos". Su mujer afirmaba que "me voy a casar por segunda vez, estoy embarazada, estamos muy felices y contentos. Ahora me encuentro en el paro, trabajaba de camarera y vamos a empezar una nueva vida"

El ayuntamiento de Roquetas de Mar lidera el ránking provincial a bastante distancia de los demás municipios y de la propia capital en cuanto a número de matrimonios civiles celebrados, siendo el Castillo de Santa Ana uno de los lugares preferidos por los contrayentes para celebrar la ceremonia.

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