lunes, 31 de agosto de 2009

Cerca de 1.500 familias de El Toyo plantan cara a la gestión municipal

REDACCIÓN.-DANIELLA MONTENEGRO.-Temen que a partir de septiembre comiencen a embargarse cuentas comunes por impagos • Piden un cobro individualizado y no por comunidades de vecinos de las cuotas de la Entidad de Conservación
Los presidentes de las comunidades de vecinos de El Toyo temen que a partir del próximo mes de septiembre se queden sin ascensores o luz en los pasillos por ver sus cuentas embargadas. Los responsables, los propietarios, a veces también promotores y constructores, de viviendas que impagan las cuotas de la Entidad de Conservación, pero también, el Ayuntamiento de Almería, que quiere que sean las comunidades de vecinos, según algunos de sus responsables, las que recauden dicha cuota. Por ello, ha comenzado un proceso de cobro por vía de apremio del dinero.

Se trata de cerca de 800.000 euros, según los datos ofrecidos por parte del área de Urbanismo, cuyo concejal ostenta la presidencia de la Entidad de Conservación, pero que son viejas deudas, en muchas ocasiones, que arrastran los edificios y urbanizaciones de los impagos de las promotoras, según el presidente de la comunidad de Costa Toyo-Fase A, Alejandro Rodríguez.

"Algunos propietarios se han dirigido al gerente de la Entidad de Conservación de El Toyo para que les den la cuenta en la que hacer el ingreso, pero le han comunicado que debe ser a través de las comunidades", matiza el presidente del Residencial El Toyo, Manuel Montoya. El procedimiento de cobro es una de las principales discrepancias con la gestión que se realiza desde el Ayuntamiento, puesto que insisten que no beneficia a los propietarios. De hecho, explican que "si un vecino no paga a otras empresas, sea Sevillana o Aqualia, no por ello se corta el suministro o se embarga a los propietarios".

Los representantes de cerca de 1.500 familias entienden que el Ayuntamiento lo único que busca es evitarse muchos procesos judiciales contra los morosos, englobarlos en un solo procedimiento y quitarse así la responsabilidad del cobro. "En vez de cobrar, consiguen que las deudas se disparen y que posiblemente su déficit se vuelva insoportable", mantienen los responsables de las comunidades de vecinos de la barriada.

Los vecinos afectados se avalan en que el cobro a través de las comunidades no se integra dentro del estatuto de regulación de la Entidad encargada del mantenimiento de la zona, "puesto que nos hemos opuesto siempre a que se integrara a través de recursos a las propuestas de modificación de los estatutos que se "han querido introducir en este sentido", mantiene Pedro Domingo, uno de los responsables de la futura asociación de vecinos que se perfila en la zona de crecimiento urbano.

Las comunidades se hacen responsables del cobro de los 60 euros mensuales, a veces más de 100, propios de los gastos del edificio, y no quieren tener que hacer un doble esfuerzo para el cobro de otros 30 euros que no repercutirá directamente en ellos, sino en todo el barrio, "y en muchas ocasiones en toda la ciudad, que son los que se benefician de muchas zonas cuyo cuidado pagamos nosotros", subrayan. Sobre todo se refieren a espacios como la Plaza del Mar, la Ciudad Digital o el Parque de Alborán. De hecho, recuerdan que esta última zona sobre todo es visitada por escolares de Retamar, "que a diferencia de nosotros reciben todas las mejoras sin tener que pagar".

Las ocho comunidades de vecinos, tres con un mayor número de viviendas y cinco más pequeñas, suman, según las estimaciones que han realizado más de dos millones de euros de contribución, a lo que se suman dos millones de euros anuales para la Entidad de Conservación. Otros pagos que realizan los propietarios, son cerca de 150 euros en basura, pese a que cuentan con el sistema de recogida neumática. En total, señalan que sus pisos pagan más del doble en "impuestos" que una vivienda en cualquier otro barrio de la capital, "pese a que anuncian ayudas que nunca llegan".

Antes de final de año se habrá constituido la primera asociación de vecinos del barrio en expansión, con los presidentes de las comunidades dentro de la directiva. Con ello, quieren establecer las bases de un trabajo que evite que "nos tengamos que arrepentir de habernos comprado el piso aquí, porque la zona es muy bonita".

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