miércoles, 6 de enero de 2010

preparar un delicioso roscón de Reyes


LAEDICION.NET.-REDACCION.-Magia, sorpresas, ilusión, regalos... Todas ellas son palabras que definen a la perfección una de las jornadas festivas más especiales de todo el año y más arraigadas en España: el día de Reyes. Una fecha esperada con gran expectación por los más pequeños y que está plagada de tradiciones, entre ellas, la de disfrutar de un sabroso desayuno donde el famoso ‘roscón de Reyes’ es protagonista absoluto. Sin duda, uno de los dulces más típicos de la Navidad, cuyos ingredientes básicos son los huevos, la harina, el azúcar y las frutas confitadas (además, cómo no, de una pequeña sorpresa que, según la leyenda, da suerte a quien la encuentra).

UNA TRADICIÓN CENTENARIA

Pero... ¿cuál es el origen de tan delicioso postre? Pues bien, para encontrarlo habría que remontarse a los tiempos del imperio romano, cuando durante las fiestas de invierno se honraba a los dioses y se regalaba a los esclavos y plebeyos una torta confitada de dátiles, higos y miel que escondía un haba seca; quien descubriera tal legumbre era nombrado rey de las fiestas. El cristianismo adaptó a sus creencias religiosas tal costumbre y el haba seca acabó sustituyéndose con el tiempo por una figurita de porcelana o plástico, convirtiéndose para su afortunado descubridor en un signo de suerte. Se cuenta que esta costumbre llegó a España de la mano de los soldados que lucharon en Flandes junto al rey Carlos V.

Como ocurre con el turrón, existen muchas variedades de roscón: los hay rellenos de nata, chocolate o crema, aunque la receta más clásica es la que a continuación te mostramos.

General
3 cucharadas de agua de azahar
almendras fileteadas
frutas confitadas
600 gr de harina de almendra
3 huevos
1 vaso y medio de leche
25 gr de levadura de panadero
100 gr de mantequilla
sal
Preparación:
Temple medio vaso de leche y derrita en él la levadura. En un cuenco ponga ocho cucharadas soperas de harina y añádale la leche con la levadura. Amase bien y déjelo en un sitio templado (esto es muy importante), cubierto con un trapo espeso hasta que aumente al doble de su volumen (más o menos una hora y media).

En otro cuenco amplio, ponga el resto de la harina, hágale un hueco en el centro y eche la leche, los huevos batidos como para tortilla, el azúcar, la sal y el agua de azahar. Amase y páselo a una mesa ligeramente espolvoreada con harina, continúe amasando y vaya añadiendo en veces la mantequilla blanda.

Cuando la primera masa esté levada, únala con esta segunda masa. Déjela en reposo, tapada con un paño grueso unas cuatro horas en sitio templado.

Unte entonces la chapa del horno con mantequilla muy extendida. Haga una o dos bolas con la masa. Mójese ligeramente las manos y con el puño forme un hueco en el centro para formar el círculo de los roscones.

Bata el tercer huevo como para tortilla y con una brocha pinte todo el roscón.
Adórnelo entonces con las frutas y las láminas de almendra y métale por la parte de abajo una sorpresa.

Caliente el horno, con calor medio-flojo (200º C) y sólo por abajo y, a media altura del horno, durante unos 45 minutos más o menos.
Si se ve que no dora por arriba, póngalo a gratinar 5 minutos hasta que coja un bonito color.
Saque la chapa del horno y, cuando el roscón esté templado, despéguelo con un cuchillo redondo.

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