miércoles, 26 de octubre de 2011
Pastora Soler inicia la gira de su último disco en El Ejido y lo hace con un lleno absoluto
La cantante sevillana intercaló temas de “Una mujer como yo” con éxitos de trabajos anteriores y dijo que “siempre recordaría haber cantado en El Ejido, por primera vez, canciones de su décimo disco”
Lo anunciaba hace tan sólo una semana la propia cantante en el programa de María Teresa Campos: “Será en El Ejido donde arranque la gira de mi último disco” y así ha sido. Pastora Soler estrenaba anoche disco y gira y lo hacía a lo grande, con un lleno absoluto. Cerca de 1.000 personas completaron el aforo de un Teatro Auditorio que vibró bajo la voz inconfundible y única de la artista sevillana.
DANIELLA MONTENEGRO.-LAEDICION.NET Vestida de blanco y plata, fiel a la portada de su último trabajo, “Una mujer como yo”, irrumpió en el escenario presumiendo de lo que mejor sabe hacer, enmudecer a un auditorio que la recibió con vítores y piropos.
Escogió ‘Bendita locura’ para abrir el directo y lo hizo con la fuerza y el torrente de voz que la caracterizan. Interpretó temas de su décimo disco, ‘Que no muera el amor’, ‘Tu vida es tu vida’, ‘Cantaré’ o ‘Una mujer como yo’. Sin embargo, la sevillana habló con especial cariño de un tema, cuya letra y música ha corrido a cargo del compositor José Carlos Gómez, ‘No me da miedo’. La de Coria del Río confesó sentirse muy identificada con esta canción “yo también he aprendido a combatir mis miedos”, dijo.
Temas como ‘Dámelo ya’ o ‘Flor de romero’ permitieron a la cantante recordar éxitos de sus anteriores discos y provocaron la excitación de un público que no dejó de acompañarla en sus letras.
El momento más emotivo de la noche llegó con ‘La mala costumbre’ cuando la artista recordó que la canción “me la escribieron cuando mi padre se encontraba muy malito”. El tema, que habla del tiempo que se escapa, provocó en la artista un sentimiento especial, de manera que, con la gracia de la que suele hacer alarde, pidió al público su atención: “Escuchadla y los que no las conozcáis, aplicaos el cuento”, dijo. Fue entonces, cuando descendió las escaleras del escenario para cantar sentada en los peldaños. Bajó al patio de butacas, mostrándose más cercana que nunca, un gesto que el público agradeció.
Pastora Soler derrochó arte en cada estrofa y en cada acorde y demostró la evolución y madurez de una voz forjada a lo largo de más de 15 años de carrera. Sin embargo, hubo momentos durante el concierto en los que volvió a dejar muy claro que la copla es lo suyo.
Casi dos horas de voz en directo, supieron a poco a un público totalmente entregado que disfrutó del espectáculo, se mostró muy cómodo y participativo y no dejó animar con sus palmas.
Pastora Soler se despidió por bulería, a capela sin micro y bailando flamenco descalza.
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