sábado, 31 de diciembre de 2011

Un detector de terremotos con cuatro décadas de historia

El ingeniero Torres Cuadra diseñó en 1973 el 'Proyecto Prometeo', que guarda en su casa de Almería a pequeña escala tras ser descartado por su avanzada tecnología DANIELLA MONTENEGRO.- MUCHASCASAS.NET El ingeniero almeriense José Luis Torres Cuadra ya diseñó en 1973 un aparato capaz de detectar los terremotos. Sin embargo entonces su tecnología fue rechazada al considerar que era excesivamente avanzada para su tiempo. Ahora, en pleno siglo XXI, científicos japoneses y de todo el mundo instalan sensores subterráneos a seis mil metros bajo el fondo del mar, en la fosa de Nankai, donde se generan grandes terremotos que afectan al Japón. Del 25 al 28 del pasado mes de septiembre, el Instituto de Ciencias del Mar, del Centro Superior de Investigaciones Científicas CSIC en Barcelona, acogió la reunión científica del proyecto internacional NanTroSEIZE (Nankai Trough Seismogenic Zone Experiment), que forma parte del Programa Integrado de Perforación Oceánica (IOPD en sus siglas inglesas). La reunión contó con la asistencia de un centenar de expertos de 17 países. Su objetivo era caracterizar la zona sismológica de la fosa de Nankai, en la que se originan muchos de los grandes terremotos que afectan a Japón, donde convergen dos placas tectónicas, a unos 100 kilómetros de la costa este del país. Se trata del objetivo más ambicioso planteado hasta ahora en tecnología de exploración del subsuelo marino con fines científicos: sondear la Tierra hasta las profundidades en las que tienen lugar los procesos que desencadenan los terremotos y tsunamis que a menudo les suceden, e instalar instrumentos para seguir 'in situ' y en tiempo real estos procesos. Torres Cuadra recuerda que en 1973, en el denominado 'Proyecto Prometeo', diseñó un aparato cuya misión era exactamente la misma, es decir introducirlo a miles de kilómetros de profundidad para conocer las reacciones de la tierra, pero nadie le creyó. El Prometeo, que guarda en su casa de Almería a pequeña escala, nunca se hizo realidad. Ahora la ciencia parece darle la razón. Torres Cuadra recuerda con humor que "acabo de ver en televisión que estaban perforando en Japón a seis mil metros de profundidad y poniendo varios sensores para detectar la variación de masas que se produce. Esto lo hice yo en 1973 cuando me presenté al Premio Holanda. En aquella fecha estudié el terremoto de Agadir, que estaba en todas las noticias. Como no tenía ya edad para este premio juvenil se presentó mi hermano por mí. Diseñé un aparato junto a mi hermano, hicimos una maqueta y una memoria que firmó él. Una semana después me llamaron por teléfono y nos dijeron que el proyecto había sido rechazado porque tiene una tecnología que no entendemos. Además lo que más nos importa es saber cómo va a hacer el agujero en la tierra para meter el aparato. Al escuchar aquello se me encendía la sangre y les dije que lo iba a hacer con un pico y una pala hasta cavar seis mil metros. Les llamé paletos, analfabetos e idiotas y retiramos el proyecto". Años más tarde se interesó por el proyecto la NASA y el Instituto Sismológico de Toledo para estudiar la deriva de los continentes, pero los responsables de aquello fueron relevados y el nuevo sistema olvidado. El proyecto Prometeo consistía en un tubo ajustado a una carcasa con doble pared que hace el vacío. Tenía alimentación de energía eléctrica para los sensores que detectaban las variaciones de campo magnético o la velocidad de desplazamiento de las placas terrestres.

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