jueves, 15 de noviembre de 2012
Fomento impone la ley del silencio en el ‘Prestige’
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Diez años después de la catástrofe del Prestige, el Gobierno del PP aún tiene miedo de lo que puedan transmitir sus técnicos a la opinión pública. Como ya hizo cuando el petrolero empezó a partirse, el Ministerio de Fomento ha ordenado por correo electrónico a los capitanes marítimos que nadie bajo su mando abra la boca sobre esta cuestión. En el 2002 se trataba de evitar que la población conociera la auténtica dimensión del vertido y de ocultar los errores que se cometieron en la gestión del naufragio. Ahora que por esos fallos está sentado en el banquillo el exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors, se trata de evitar que salgan a la luz las críticas internas que suscitaron sus decisiones, especialmente la de alejar el barco en vez de darle refugio.
El correo electrónico, al que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya, fue remitido por el subdirector general de Inspección Marítima, Francisco Ramos Coronas, el pasado 17 de octubre a todos los capitanes marítimos. “Sin autorización expresa del director general, nadie de esta capitanía ni de sus distritos pueden hablar del Prestige”. El escrito llegó a las capitanías al iniciarse el juicio y fue recibido con indignación por técnicos que consideran cercenado su derecho a la libertad de expresión.
Por fortuna, algunos de los protagonistas han decidido dar su versión ante la opinión pública. A petición del interesado, el diario La Voz de Galicia ha destapado una de sus fuentes clave durante los sucesos. Se trata de Antonio Núñez Pérez, controlador del centro de Salvamento Marítimo de Finisterre ya prejubilado. Él pudo ver en sus pantallas una sólida capa de chapapote que los barcos de la Marina Mercante eran incapaces de frenar y mientras el Gobierno hablaba de un vertido mínimo.
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