ALONSO MARTÍNEZ (Delegado Provincial de
FEAPS Andalucía en Almería)
Estimadas familias, amigos-as: Todos sabemos que estamos
pasando los momentos más difíciles dentro de la atención a las personas con
discapacidad intelectual.
Si hay algo que nos ha definido a las familias ha sido la palabra lucha, y el luchar cada día por vidas dignas y de calidad para nuestros hijos.
Hemos buscado y compartido un largo viaje de justicia y dignidad para nuestra gente.
Nuestras señas de identidad han sido siempre el dar lo mejor y máximo de nosotros para conseguir que nuestros hijos tengan vidas dignas de ser vividas. Ese es el sueño que nos quieren quitar.
Las asociaciones somos un grupo de familias, trabajadores, voluntarios y personas con discapacidad que comparten sentimiento y compromiso. Una forma de vivir y de sentir. Hay urgencia de luchar contra la injusticia que nos va a llevar a retroceder en caminos ya andados.
Cuarenta años de participación, cuarenta años recorriendo una senda donde el apoyo, apoyo mutuo, la reivindicación de derechos y la ética forman parte de nosotros.
Hay quien dice, y yo no lo comparto, que nos estamos dejando el espíritu de aquellos primeros padres que emprendieron el inicio de todo lo que hemos logrado hasta ahora.
No queremos volver a tiempos pasados, esta es nuestra principal meta, cuando nuestros hijos-as estaban atendidos desde el asistencialismo, cuando eran vistos con lástima, y no eran vistos como un ciudadano más, eran minusvalorados.
Hoy en nuestros centros trabajamos por la autodeterminación, calidad de vida, por la inclusión social, en definitiva, por convertirlos en ciudadanos de primera. Nadie lo va a impedir, si lo hacemos desde la cohesión, reivindicación, responsabilidad y esperanza. Nadie nos ha regalado nada, todo lo que tenemos hoy lo hemos conseguido conjuntamente familias, trabajadores, personas con discapacidad y voluntarios.
Hoy la Junta de Andalucía, con sus impagos y con sus recortes y planteamientos de más recortes en el futuro, nos esta abocando a una calle sin salida. Hoy la mayoría de los trabajadores del movimiento asociativo ya no cobran sus nóminas, no olvidemos que ellos junto a nosotros, son los principales apoyos a nuestros hijos e hijas.
Desde esta perspectiva y viviendo esta realidad no podemos permanecer sentados. Que no nos invada el conformismo, este anula a los movimientos sociales. Vamos a demostrar que podemos cambiar las cosas si luchamos por conseguirlas.
Si hay algo que nos ha definido a las familias ha sido la palabra lucha, y el luchar cada día por vidas dignas y de calidad para nuestros hijos.
Hemos buscado y compartido un largo viaje de justicia y dignidad para nuestra gente.
Nuestras señas de identidad han sido siempre el dar lo mejor y máximo de nosotros para conseguir que nuestros hijos tengan vidas dignas de ser vividas. Ese es el sueño que nos quieren quitar.
Las asociaciones somos un grupo de familias, trabajadores, voluntarios y personas con discapacidad que comparten sentimiento y compromiso. Una forma de vivir y de sentir. Hay urgencia de luchar contra la injusticia que nos va a llevar a retroceder en caminos ya andados.
Cuarenta años de participación, cuarenta años recorriendo una senda donde el apoyo, apoyo mutuo, la reivindicación de derechos y la ética forman parte de nosotros.
Hay quien dice, y yo no lo comparto, que nos estamos dejando el espíritu de aquellos primeros padres que emprendieron el inicio de todo lo que hemos logrado hasta ahora.
No queremos volver a tiempos pasados, esta es nuestra principal meta, cuando nuestros hijos-as estaban atendidos desde el asistencialismo, cuando eran vistos con lástima, y no eran vistos como un ciudadano más, eran minusvalorados.
Hoy en nuestros centros trabajamos por la autodeterminación, calidad de vida, por la inclusión social, en definitiva, por convertirlos en ciudadanos de primera. Nadie lo va a impedir, si lo hacemos desde la cohesión, reivindicación, responsabilidad y esperanza. Nadie nos ha regalado nada, todo lo que tenemos hoy lo hemos conseguido conjuntamente familias, trabajadores, personas con discapacidad y voluntarios.
Hoy la Junta de Andalucía, con sus impagos y con sus recortes y planteamientos de más recortes en el futuro, nos esta abocando a una calle sin salida. Hoy la mayoría de los trabajadores del movimiento asociativo ya no cobran sus nóminas, no olvidemos que ellos junto a nosotros, son los principales apoyos a nuestros hijos e hijas.
Desde esta perspectiva y viviendo esta realidad no podemos permanecer sentados. Que no nos invada el conformismo, este anula a los movimientos sociales. Vamos a demostrar que podemos cambiar las cosas si luchamos por conseguirlas.
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