REDACCIÓN.- Concluida ya la Feria de la villa de Níjar y la temporada alta turística, la concejalía de Obras Públicas del Ayuntamiento ha comenzado hoy las obras de rehabilitación en el casco antiguo de la capital nijareña.
Las calles comprendidas entre La Glorieta, El Portillo y el Camino de Huebro son el objeto de esta intervención, que cuenta con un presupuesto inicial de 417.000€ procedentes del Plan E y cuyo plazo de ejecución está estimado que finalice antes de concluir el año en curso.
Tres aspectos se incluyen en este proyecto de reurbanización y rehabilitación: las redes de abastecimiento domiciliario, el pavimento y el tendido eléctrico.
En cuanto a las redes de abastecimiento, supondrá una revisión total de los sistemas de suministro de agua domiciliaria y de conducción del alcantarillado de la zona, incluyendo la limpieza y, en su caso, la sustitución de las canalizaciones y registros que presenten algún deterioro.
En cuanto al tendido eléctrico, está previsto soterrar casi 2,5km lineales de cables, la mitad correspondientes al alumbrado público y la otra, a la red de baja tensión.
Todo ello, quedará cubierto por un nuevo pavimento para la calzada, que según explicaba a pie de obra el Concejal de Obras Públicas, Rafael Salvador “pretende adecuarse a la estética tradicional de la villa, dotándola de un aspecto cuidado y atractivo, que resalte el encanto de su trazado urbano”.
Esta zona de la villa, de calles estrechas y encaladas, requerirá de casi 4km de adoquín prefabricado de hormigón bicapa para cubrir la calzada afectada por la obra. Estos nuevos adoquines serán de 20x10x8 cms de grosor y se han elegidos dos tonos tostados con el fin de que la diferencia cromática entre ellos sirva para delimitar visualmente el espacio destinado a acera.
En medio de la calzada se instalará una rigola de 20 cms para facilitar la evacuación de las agua de lluvia.
“Esta actuación –señala Rafael Salvador- soluciona varios problemas que plantea el trazado urbano de esta zona de la Villa. Para los vecinos, viene a mejorar la calidad de los servicio de aguas y suministro eléctrico y, al mismo tiempo, supone un impulso turístico al casco urbano más visitado del municipio”.
“Se trata, pues, de una intervención tanto en conservación como en estética, ya que eliminamos el impacto visual de los cables. Seguro que pasear por estas calles será más agradable y las fotos más bonitas”, concluye Rafael Salvador.
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