LAEDICION.NET.-D.M.-Doce meses después de que se la viera por última vez, a la joven roquetera parece habérsela tragado la tierra. Ni una pista fiable ha conducido a una explicación razonable de lo que pudo ocurrirle
Al cumplirse un año de la desaparición de Lourdes García Carreño, sus familiares decidieron darse un respiro y se fueron a la Sierra de Los Filabres a buscar setas, como tantos domingos habían hecho juntos. La madre no pudo reprimir las lágrimas al recordar lo mucho que disfrutaba su hija con el sonido de las berreas, los espectaculares momentos en que los ciervos se ponen a berrear llenando toda la sierra, que suelen ocurrir en otoño.
Así relataba su cuñado Pedro Pérez, el portavoz, lo que hizo la familia para no dejarse llevar por el dolor en el primer aniversario de su desaparición. "Nosotros pensamos que hubo algún hecho violento contra ella en aquellos días, que la mataron, pero los investigadores sin embargo no descartan nada, incluso la desaparición voluntaria, algo que para nosotros es impensable", argumenta Pedro tras más de 365 días sin conocerse el paradero de 'Burbujita', como cariñosamente le llamaban en su entorno más íntimo, añadiendo que "todo sigue igual que al principio, pero la policía es enigmática y como sigue existiendo el secreto del sumario por parte del juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas, no sabemos nada nuevo", mantiene, recordando que "el domingo 3 de octubre quisimos ir al campo a comer como si Lourdes estuviera con nosotros. Le encantaba el campo. No se perdía nunca la berrea en septiembre. Todos los años iba a ver cómo berreaban los ciervos".
El pasado verano la esperanza volvía a resurgir en la familia tras el intenso rastreo que tuvo lugar en el paraje Mohuyo de El Parador por parte de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil UCO. Pedro afirma que estaban seguros que los agentes buscaban algo muy definido, "trabajaban por la tarde y los fines de semana, cuando no había periodistas, pero sólo rastrearon tres días cuando tenían previsto hacer las batidas durante dos semanas. Quizá querían que alguien se pusiera nervioso y diera un paso en falso, no lo sabemos", reconocía el portavoz familiar, quien al ser preguntado por la situación del ex novio de Lourdes, en cuyo domicilio hubo registros y se convirtió durante algún tiempo en el principal sospechoso, mantenía que "ya le han dejado tranquilo, pero no significa que esté descartado. Recuerda que la policía es enigmática", sentenciaba.
Quienes llevan un año sufriendo lo indecible son sus progenitores, obligando meses atrás la delicada salud del padre a abandonar las batidas. Pedro sólo tiene palabras de admiración hacia ellos "porque están demostrando una entereza y fortaleza digna de admiración. Los ojos de su madre sólo dejaron vislumbrar unas lágrimas cuando recordaba el episodio de las berreas".
La Guardia Civil llegó a efectuar dos registros en el domicilio del ex novio de Lourdes en Cortijos de Marín, incautando diversas pertenencias. Allí convivieron ambos durante aproximadamente un año hasta que se rompieron las relaciones y la joven se alojó en su piso de El Parador. En el momento de su desaparición ella pesaba 38 kilos, unos veinte menos de lo normal, debido a la mala época que estaba pasando por su ruptura sentimental, si bien no estaba en tratamiento médico ni psicológico "ni tomaba pastillas", recordaba su familia, que debido a su delgadez había decidido volcarse con ella hasta que volviera a su peso normal.
La autoridad judicial declaró entonces el secreto del sumario y no hay ninguna persona detenida por este extraño caso de desaparición. La familia descartó el suicidio por cuestiones sentimentales al haber encontrado en su domicilio de El Parador signos evidentes de tener intención de volver a casa y baraja algún suceso violento como causa de su desaparición.
La última novedad conocida del caso fue la aparición en los alrededores de la plaza de toros roquetera del vehículo de Lourdes, un Peugeot 206 gris con matrícula 9539BLB, un hecho que aportó entonces mayor inquietud a la familia si cabe, puesto que, como recuerda el portavoz, "lo encontraron donde ya habíamos mirado y no estaba cuando pasamos. No podemos dejar de imaginarnos que alguien lo dejó allí de madrugada con la ventanilla abierta y las llaves puestas para hacer creer que otra persona lo había hecho". Hubo intensas batidas y rastreos por lugares de Roquetas cercanos a las zonas rurales, como charcas, Punta Entinas, Las Salinas, ramblas, etc., incluso en municipios colindantes y otras zonas como El Ejido, Almería o Vícar, sin ningún resultado, participando activamente la unidad de rastreo canino de la Guardia Civil.
Ahora, ha vuelto a ser protagonista al ser recordada en los de la celebración de la Festividad de la Virgen del Pilar en la Comandancia de Almería donde el Teniente Coronel Jefe la puso como ejemplo de cuestiones aún sin resolver.
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