martes, 2 de agosto de 2011

vivir con artritis reumatoide


En una década, las terapias biológicas han convertido la remisión de la enfermedad en objetivo alcanzable • La satisfacción de los pacientes (7 u 8 sobre 10) es más del doble que con los anteriores fármacos.
DANIELLA MONTENEGRO.-LAEDICION.NET.-fue en 2000 cuando la primera paciente española de artritis reumatoide (AR) estrenó la "nueva era" de las terapias biológicas, que, como recalca el vicepresidente de la Sociedad Española de Reumatología, Miguel Ángel Caracuel, "ha supuesto una revolución" en su tratamiento y convertido en objetivo alcanzable la remisión de la enfermedad, que implica la ausencia de síntomas y de actividad patológica.

Una década después, mucho "más formados e informados", los propios pacientes lo avalan tanto estadística (7-8 puntos sobre 10 de satisfacción, frente a 3-4 de las terapias previas) como emocionalmente: "Es un éxito, estoy prácticamente normalizado, me ha dado calidad de vida, puedo hacer planes, tengo una vida muy activa, me han dado vida".

Ese retrato lo dibuja el Estudio de satisfacción con las terapias biológicas, desde la visión de los pacientes con artritis reumatoide que publica ConArtritis, la Coordinadora Nacional de Artritis que reúne a 18 asociaciones de pacientes. Un trabajo que refleja la buena sintonía con el especialista, que ofrece pistas para mejorar la participación de las personas afectadas y que confirma un "antes y después" terapéutico muy favorable a los fármacos biológicos. Estos ganan por goleada a sus predecesores en satisfacción, tanto por logros inmediatos (8 puntos a 3,8 al "eliminar inflamación y dolor", 7,3 a 3,4 al "disminuir fatiga y agotamiento", 7,1 a 3,1 al "evitar la deformación de articulaciones"), como por objetivos definitivos, como "frenar el progreso de la enfermedad (7,7 a 2,8) y "ayudar a conseguir la remisión" (7,2 a 2,8).

Aquella primera paciente ya lo sugirió cuando pasó de sentirse "un poquito mejor" con su tratamiento clásico, a un exultante "ahora sí que sí, estoy mucho mejor" con su nueva terapia. Caracuel, que cifra la incidencia en el 0,5% de la población (casi 250.000 personas en España, el 75% mujeres), también ha escuchado en su consulta cordobesa sentimientos tan rotundos como "soy otra persona" o "que esto no me vaya a faltar, ¿eh?". Y no es para menos, porque la AR es una enfermedad crónica y autoinmune -el sistema inmunológico se equivoca y ataca a los tejidos sanos en vez de proteger al organismo- que inflama las articulaciones y provoca dolor, deformaciones y discapacidad. Al surgir en plena etapa activa (25-55 años), aboca a la incapacidad laboral (20%-30% en tres años, y el 5% de las permanentes), además de originar depresiones (14%-43% según estudios) y problemas oculares, pulmonares, renales y cardiovasculares, que pueden recortar hasta 5-10 años la esperanza de vida.

La clave para evitarlo es diagnosticarla y tratarla cuanto antes. Y para eso están las Unidades de Artritis Precoz, que existen en 69 hospitales españoles, incluidos los 10 andaluces de Jaén; Jerez; Torrecárdenas de Almería; Carlos Haya de Málaga; Juan Ramón Jiménez de Huelva; los granadinos San Cecilio y Virgen de las Nieves; y los sevillanos Valme, Virgen del Rocío y Virgen Macarena. Su eficacia viene refrendada por la reducción de 18 a 3 meses de la espera desde la sospecha de AR hasta su abordaje por el reumatólogo. Y se trata, como dice Caracuel, de "aprovechar esa ventana de oportunidad terapéutica".

La Guía de Práctica Clínica para el Manejo de la Artritis Reumatoide en España (Guipcar-2011) de la SER explica las pautas de uso de los distintos fármacos antiiflamatorios, corticoides, moduladores de la enfermedad y biológicos. Estos llegan ahora al 18%-20% de pacientes, y su creciente utilización ha permitido esquivar su principal riesgo de efectos secundarios, las posibles "infecciones si te quedas sin defensas", gracias al exhaustivo control sobre los pacientes.

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