martes, 31 de enero de 2012
Javier Aureliano García Secretario General del Partido Popular de Almería El desgobierno socialista de la Junta de Andalucía ha llegado a tal punto de desbarajuste y descrédito que lo más razonable sería, como en el caso de una empresa acuciada por las deudas y el descontrol, iniciar un expediente regulador de empleo para el presidente y sus consejeros. Un expediente legal y ajustado a derecho y no uno ilegal y fraudulento para favorecer a familiares, amigos y siglas, como los que se diseñaron desde el entorno del propio Griñán cuando Manuel Chaves presidía la Junta de Andalucía y los implicados en el escándalo de los ERES falsos actuaban, según ha declarado recientemente el responsable de Empleo en la Junta al que al parecer su chofer obsequiaba con estupefacientes comprados con el dinero de los parados andaluces, “a instancias de sus jefes”. La última mues
Javier Aureliano García
Secretario General del Partido Popular de Almería
El desgobierno socialista de la Junta de Andalucía ha llegado a tal punto de desbarajuste y descrédito que lo más razonable sería, como en el caso de una empresa acuciada por las deudas y el descontrol, iniciar un expediente regulador de empleo para el presidente y sus consejeros. Un expediente legal y ajustado a derecho y no uno ilegal y fraudulento para favorecer a familiares, amigos y siglas, como los que se diseñaron desde el entorno del propio Griñán cuando Manuel Chaves presidía la Junta de Andalucía y los implicados en el escándalo de los ERES falsos actuaban, según ha declarado recientemente el responsable de Empleo en la Junta al que al parecer su chofer obsequiaba con estupefacientes comprados con el dinero de los parados andaluces, “a instancias de sus jefes”. La última muestra de la espiral de despropósitos que viene caracterizando el paso del señor Griñán por la presidencia de la Junta la hemos tenido unos días, al diferir públicamente el presidente de la Junta y su consejera de Hacienda en el alcance del déficit de nuestra Comunidad. Esta situación, que sería insólita y supondría fulminantes consecuencias en cualquier gobierno medianamente serio, es perfectamente posible con el actual gobierno socialista. Y así, mientras que el propio José Antonio Griñán manifestaba en el Parlamento Andaluz que el déficit autonómico se situaba en torno al 1,4%, al día siguiente su consejera de Hacienda, la señora Aguayo, corregía al propio Presidente asegurando que esta cifra alcanzaría 3%. Ya no se trata, en mi opinión, de dirimir quién está más próximo a la verdad o qué porcentaje refleja con mayor precisión el nivel de endeudamiento que ocultan los socialistas andaluces. Lo que resulta evidente de este episodio es la manifiesta incapacidad del PSOE de seguir un día más al frente de la Junta de Andalucía. Cada día que los socialistas siguen en el poder, los andaluces perdemos algo. Perdemos competitividad, perdemos oportunidades, perdemos futuro y, sobre todo, perdemos el derecho a algo tan sencillo y básico como es que te digan la verdad. Los socialistas han hurtado a los andaluces el derecho a saber cuál es la verdad en cuanto a los números de Andalucía y las cuentas que han gestionado durante tantos años. Los socialistas, que han cortado sistemáticamente todos los intentos del Partido Popular de poner luz y taquígrafos a su gestión impidiendo la constitución de comisiones de investigación, se ven ahora inmersos en el fango de la evidencia de una gestión impregnada de la duda razonable de la corrupción, el clientelismo familiar y la malversación de fondos. Si a ese flanco legal, pues habrán de ser finalmente los jueces los que diriman el alcance real de todas estas maniobras presuntamente delictivas, unimos el bochornoso espectáculo de ver a un presidente que no sabe las cuentas de su Gobierno, pues apaga y vámonos. Y es que el baile de porcentajes entre el presidente y la consejera de Hacienda supone algo gravísimo. O Griñán no sabe de lo que habla o Griñán nos miente. Sinceramente, creo que los andaluces no nos merecemos este espectáculo de desempleo, descontrol, sospechas, descuadres y mentiras. El próximo 25 de marzo los andaluces estamos convocados a celebrar unas elecciones que nos ofrecen la oportunidad de poner a esta situación un punto final y ofrecer la responsabilidad de gestionar el necesario cambio que demandan los andaluces al equipo del Partido Popular con Javier Arenas al frente.
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