Un estudio demuestra el rol protector de la ingesta de dos a
cuatro raciones semanales
Redacción , nutrición.-Comer pescado,
sobre todo pescado graso, un par de veces por semana podría ayudar a proteger
del accidente cerebrovascular (ACV), pero los complementos de aceite de pescado
no tienen el mismo efecto, halla un estudio reciente. Un grupo de
investigadores analizó los resultados de 38 estudios anteriores para examinar
la asociación entre el consumo de pescado y el riesgo de ACV o mini ACV (lo que
los médicos denominan ataque isquémico transitorio).En toal, se acumularon
datos de 800.000 personas en 15 países.
Tras considerar varios factores de riesgo, los investigadores concluyeron que las personas que comían de dos a cuatro porciones de pescado graso a la semana tenían un riesgo de ACV o mini ACV un seis por ciento más bajo que las que comían una o menos porciones a la semana. Las personas que comían cinco o más porciones a la semana tenían una reducción del doce por ciento en el riesgo.
Dos porciones a la semana de cualquier pescado se asociaron con una reducción de cuatro por ciento en el riesgo. Sin embargo, los complementos de aceite de pescado no redujeron el riesgo de ACV o mini ACV, según un equipo liderado por el Dr. Rajiv Chowdhury, de la Universidad de Cambridge en Inglaterra. El estudio aparece en la edición en línea del British Medical Journal.
Tras considerar varios factores de riesgo, los investigadores concluyeron que las personas que comían de dos a cuatro porciones de pescado graso a la semana tenían un riesgo de ACV o mini ACV un seis por ciento más bajo que las que comían una o menos porciones a la semana. Las personas que comían cinco o más porciones a la semana tenían una reducción del doce por ciento en el riesgo.
Dos porciones a la semana de cualquier pescado se asociaron con una reducción de cuatro por ciento en el riesgo. Sin embargo, los complementos de aceite de pescado no redujeron el riesgo de ACV o mini ACV, según un equipo liderado por el Dr. Rajiv Chowdhury, de la Universidad de Cambridge en Inglaterra. El estudio aparece en la edición en línea del British Medical Journal.
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